Nissan GTP ZX-Turbo, el primer prototipo de éxito internacional

    El esfuerzo deportivo global estaba motivado por varios aspectos. Uno de los fundamentales era dar valor de marca y reconocimiento a Nissan. Y es que tras años comercializando sus productos bajo el nombre «Datsun», la compañía había decidido en 1981 pasar a llamar a sus productos por el nombre de la casa matriz, Nissan. Necesitaban alguna manera de meter el nombre «Nissan» en el conocimiento popular, y las carreras de coches eran una buena solución para ello.

    En Estados Unidos, además, Nissan tenía el nuevo 300ZX Z31 en el mercado, y querían promocionar el estado avanzado de la técnica de la compañía. Todo alineado sirvió para justificar un proyecto que arrancó con un presupuesto bastante recortado, pero con grandes ambiciones, y que acabaría siendo realmente exitoso.


    El Nissan GTP ZX-Turbo nace en 1984, mediante la firma de un acuerdo entre Nissan Norteamérica y la escudería Electramotive Engineering. Electramotive, en primera instancia, firmaba sólo como la empresa encargada de explotar deportivamente el coche de carreras. Nissan subcontrataba a Lola para que diseñase un chasis, el T810, y proporcionaría el motor, mientras Electramotive se encargaría del maridaje y el desarrollo de la mecánica para hacer al coche competitivo.

    Lola no partía de cero a la hora de crear el chasis, empleando como base el Lola T710, que era el esqueleto del Chevrolet Corvette GTP, destinado al mismo campeonato IMSA GTP estadounidense donde el Nissan iba a luchar.

    El corazón del aparato partía del seis cilindros en uve de tres litros del Nissan 300ZX, el VG30ET, con un único turbocompresor, del Z31. A partir de ahí, Electramotive y Nissan le introducían enormes modificaciones en distribución, sobrealimentación, colectores y elementos del tren alternativo para lograr sacar más de 850 caballos en condiciones de máxima fiabilidad, con 686 Nm de par máximo.


    La potencia pasaba por una caja Weismann transaxle para llegar a las ruedas traseras, que empujaban un conjunto de 850 kilos.

    El concepto aerodinámico del coche era «muy Lola» y muy de la época, también inspirado en cierto modo por los dominantes Porsche 962, aunque con diferencias en el manejo del aire en el frontal del coche. La carrocería, dibujada por un equipo nipón dirigido por Yoshi Suzuka en la central de Nissan, a partir de los trazos propuestos por Lola, tenía dos grandes tomas de aire sobre el capó delantero, que dirigían el flujo del aire hacia los pontones laterales, atravesando las puertas.

    En el lateral izquierdo se encontraba el radiador de aceite y el intercooler, mientras que en el lateral derecho estaba el radiador de agua. Curiosamente, el VG30ET de producción, el del 300ZX Z31, prescindía de intercooler, favorecido por el hecho de que su presión de sobrealimentación no pasaba de 0,6 bares, con lo que se mejoraba la respuesta al acelerador, eliminando el lag. Pero en el GTP ZX-Turbo se buscaba la máxima potencia posible, y para ello había que comprimir más el aire, lo que lo calentaba, y hacía al coche más sensible y eficiente con un intercooler.

    A nivel de chasis, el coche contaba con sencillas suspensiones por doble triángulo con brazos tubulares actuando directamente sobre conjuntos muelle-amortiguador sin actuación por varillas. Gracias al enrutamiento del aire en el frontal del coche se podía evitar el uso de un sistema «push-rod». También se prescindía de barra estabilizadora en el eje delantero, dada la rigidez de los muelles, a su vez derivada de la enorme, épica, carga aerodinámica que llegaba a generar la carrocería del coche.


    Nissan GTP ZX-Turbo, el primer prototipo de éxito internacional

    En su iteración original, con la carrocería diseñada por Lola, en 1985, el GTP ZX Turbo era capaz de generar 1.687 kilos de carga aerodinámica negativa (se apretaba contra el suelo como si pesara 1,5 toneladas largas extra, nada menos), a 320 km/h, unas cifras realmente alucinantes.

    Para lograr tal magnitud de carga aerodinámica, el coche contaba con un enorme túnel de efecto venturi, sumado a las formas de la carrocería, para lograr pasos por curva impensables sólo una década antes.

    El contacto con el suelo lo ponían neumáticos Dunlop 325/625-415 delante y 350/680-415 detrás. El poder de detención corría a cargo de discos de freno de 13 pulgadas de diámetro, mordidos por potentes pinzas monobloque de aluminio de cuatro pistones.

    A pesar del gran trabajo inicial de Lola, cuando Electramotive recibía el coche en 1985, este estaba lejos de ser realmente competitivo. La primera temporada lograba como mejor plaza un quinto lugar, pero muy lejos de los dominantes Porsche del campeonato IMSA GTP.

    Electramotive empezaba entonces a trabajar en el desarrollo de la máquina, introduciendo progresivamente, a lo largo de los siguientes años, innovaciones en el diseño de la carrocería, desarrollos menores en el chasis y mejoras en el propulsor. Poco a poco el coche iba ganando prestaciones, hasta llegar el momento en el que, directamente, Electramotive pasaba a crear un chasis propio para el GTP ZX-Turbo, prescindiendo de los servicios de Lola, más allá de las manguetas, que sí se mantenían intactas del diseño original.

    El nuevo chasis seguía siendo un space-frame de aluminio, compuesto de planchas de aluminio montadas en sandwich con un corazón en forma de panal de nido de abeja, a fin de incrementar la rigidez torsional. Y es que las enormes cargas aerodinámicas que soportaban estos coches, así como la capacidad de paso por curva, resultaban extremadamente exigentes sobre los chasis.


    Nissan GTP ZX-Turbo, el primer prototipo de éxito internacional

    Poco a poco el coche fue mejorando. Para la temporada 1986 se estrenaba un nuevo kit aerodinámico afinado en el túnel de viento de Nissan en Japón, que incrementaba la carga a 320 km/h hasta los 2.466 kilogramos (¡ochocientos más que la temporada anterior!) al tiempo que se reducía el arrastre.

    El coche era cada vez más rápido, y para 1987 ya lograba cargas de 3.150 kilos a esa misma velocidad, siendo lo más remarcable de señalar el hecho de que a pesar de incrementar tanto la carga aerodinámica disponible, el arrastre se había reducido. Vamos, que el GTP ZX-Turbo de 1987 corría más a final de las rectas, y era capaz de pasar mucho más rápido por curva rápida, tras mejorar un 186% su carga aerodinámica disponible.

    La evolución daba sus resultados, permitiendo a Electramotive cosechar la primera victoria de la historia del IMSA GTP para Nissan en Miami en 1987, por delante de los Porsche 962, siendo esto sólo un pequeño anticipo de lo que estaba por venir. 1988 sería el año de la confirmación, con nueve victorias para el GTP ZX-Turbo sobre catorce posibles, aunque el campeonato de constructores recaía en manos de Porsche, al puntuar más las citas de las 24 Horas de Daytona y las 12 Horas de Sebring, eventos donde Electramotive no participó por razones de coste.

    1989 tenía que ser el año del desquite. Nissan puso el dinero necesario sobre la mesa para que el GTP ZX-Turbo estuviera en todas las citas del campeonato. Las 24 Horas de Daytona acabarían mal, con un doble abandono para los Nissan con problemas de fiabilidad, pero las 12 Hora de Sebring sí que serían vencidas con autoridad. Porsche estaba de capa caída ese año, y sólo Jaguar presentaba alternativa a un dominio de Nissan cada vez más marcado, que le permitió conquistar el título con diez victorias sobre trece posibles, logrando ser la primera marca no-Porsche en vencer el IMSA GTP, inaugurado en 1983.

    Como premio a sus éxitos, Electramotive cambió su nombre a Nissan Performance Tecnology Inc. (NPTI) y recibió más y mejores cuidados económicos por parte de la matriz nipona. De cara a la temporada 1990, el equipo comenzó a trabajar en un nuevo coche, completamente desarrollado desde cero en Estados Unidos, para mantener el dominio en un campeonato cada vez más complicado. Pero mientras el coche llegaba, había que tirar del GTP ZX-Turbo. La combinación de resultados del viejo GTP ZX-Turbo y el estreno del NPT-90 (del que te hablaremos en una próxima entrega), permitía a Nissan revalidar el título como campeón de constructores en el IMSA GTP y cerrar la historia de este prototipo por todo lo alto.

     El retorno de Alfa Romeo: Del 1900 al Giulia Nissan GTP ZX-Turbo, el primer prototipo de éxito internacional
    Nissan GTP ZX-Turbo, el primer prototipo de éxito internacional
    Nissan GTP ZX-Turbo, el primer prototipo de éxito internacional

    Nissan GTP ZX-Turbo, el primer prototipo de éxito internacional

     

    Añade un comentario de Nissan GTP ZX-Turbo, el primer prototipo de éxito internacional
    ¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.