Ejemplos de cómo Toyota sabe hacer coches raros pero bonitos

Sí, han salido sus defensores a la palestra. En una industria demasiado conformista en lo estético, para una vez que alguien se atreve a hacer algo distinto, vamos y cargamos contra ello. Pero es que tal vez el problema no esté en hacer algo distinto, sino en haber hecho algo feo.

Toyota es un buen ejemplo de una marca que, a través de sus divisiones, ha sabido hacer coches diferentes y atrevidos, sin que, necesariamente, hayan sido feos por sus malas proporciones o sus exagerados voladizos.


Porque osado no tiene por qué significar feo, vamos a repasar algunas creaciones de Toyota recientes, que teniendo personalidad propia, alejándose de «ser una copia de nadie», han logrado tener una «buena entrada en el ojo» (y vamos a obviar cómo se conducen, por cierto).

Lexus IS

Probablemente este sea el mejor ejemplo de todos. Lexus jugó con el IS arriesgando para establecerse en el segmento D-Premium con una berlina de formas muy agresivas, pero al mismo tiempo eminentemente niponas. Los faros boomerang separados, la «cola de pato» integrada en la tapa del maletero o su cuidado interior configuran una berlina que no se puede confundir con niguno de sus rivales, pero que resulta atractiva para la mayoría.

Lexus RC F

Ejemplos de cómo Toyota sabe hacer coches raros pero bonitos

Todavía más arriesgado que su equivalente de cuatro puertas, el RC es barroco, sobrecargado, pero también agresivo y manga. No lo confundirás ni con un alemán ni con un americano. Sus exagerados pasos de rueda, su calandra, su aleta delantera ventilada, su alerón posterior… hasta su paleta de colores lo hacen inconfundible. Puede que parezca un coche de juguete, de videojuego, pero está proporcionado y resulta dinámico a la vista. Dan ganas de conducirlo.


Toyota GT86

La «máquina de conducir para todos los bolsillos» de Toyota es otra buena muestra de cómo crear una estética inconfundible. Nadie podrá decir que el GT86 se parece a otro coche (salvo al BRZ, graciosillo). Tiene personalidad, tiene cara «de mala leche», tiene aristas, tiene «esencia manga». ¿Lo mejor? Ver guiños del LFA, el próximo integrante de esta lista.

Lexus LFA

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Creo que con el LFA no hace falta hablar demasiado. Otro buen ejemplo de un coche «salido de un manga» que no puede negar su origen nipón, tal y como debe ser. Con la misma esencia estética de los otros coches que integran esta lista, donde se mezclan curvas con marcadas aristas y líneas rectas. Maestría. Y eso que algunos de los conceptos que lo antecedieron y anticiparon no nos gustaban nada.

Toyota Celica

Ejemplos de cómo Toyota sabe hacer coches raros pero bonitos


Saltamos hacia atrás en el tiempo para encontrarnos con el Celica del 99. Reconozcamos que en su momento fue «raro». El cambio radical de formas orgánicas y curvas del Celica anterior a un diseño «new edge» de superficies cóncavas y convexas limitadas por cantos vivos nos pareció raro, pero al final nos acabó gustando. Mucho. Algunas de las claves estéticas de este Celica se difundirían por el resto de la gama Toyota hasta llegar incluso al Prius de segunda generación, con cierto aire de familia.

En acabado T-Sport, en gris titanio, el Celica funcionaba estéticamente, sin copiar a nadie, y dejando clara su procedencia asiática.

Toyota FT-1 Conceptual

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Y cerramos con un concepto que, supuestamente, es la antesala del inminente nuevo Supra. Sí, es otro ejemplo de «deportivo», pero el FT-1 sirve para demostrar que en los departamentos de Toyota se sigue sabiendo hacer un buen trabajo de proporciones y detalles. Por eso no entendemos ni el Mirai, ni el Prius, ni tampoco el C-HR conceptual que supuestamente dará a luz un B-SUV.

 

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