Si quieres conducir seguro con un SUV, no lo lleves como un turismo

Los SUV son coches que ofrecen una mayor seguridad percibida, principalmente por dos motivos. Por un lado, aparentan proteger más por una carrocería más grande y elevada, donde es más difícil -en teoría- salir mal parado en caso de colisión. Como vimos en un artículo anterior, eso no es necesariamente cierto, pero puede ocurrir. Por otro lado, la posición elevada del volante da una mayor confianza por eso de «controlar mejor el entorno», aunque la visibilidad marcha atrás sea tan mala que se puede atropellar a un niño sin verlo (de ahí las cámaras de marcha atrás). En carretera abierta la postura elevada de conducción no aporta nada positivo a la seguridad activa, es más, dificulta la percepción de qué está haciendo el vehículo (los pilotos van rascando el ojete contra el asfalto por algo).


Las elecciones pueden tener ventajas e inconvenientes. En el caso de los SUV, si se quieren aprovechar sus ventajas hay que lidiar con sus inconvenientes. Pueden tener más seguridad pasiva (proteger en caso de accidente) pero son peores en seguridad activa (anticipar el accidente). Esto no es mi opinión, es física, y los datos me dan la razón; los escépticos pueden repasar el artículo antes mencionado. En otras palabras, es necesario adaptar la conducción de un SUV para mitigar esa desventaja.

Si en un turismo es importante el mantenimiento para que se pueda confiar en las características dinámicas que tenía nuevo, en un SUV es aún más importante. Deben estar en correcto estado los neumáticos, amortiguadores y elementos de suspensión, frenado y dirección. Este tipo de vehículo es muy dependiente de esos sistemas, aunque tenga un arsenal de ayudas electrónicas: todas dependen del correcto funcionamiento de lo antes mencionado. Fijaos en el vídeo que hay encima de estas líneas.

Es un vídeo muy ilustrativo, sale uno de los modelos más galardonados en dinámica de los SUV, pero le entra en funcionamiento el sistema ARP (protección antivuelco), que provoca un violento frenado de la rueda delantera izquierda en una maniobra de esquiva. Estas pruebas se hacen con coches nuevos, si ese Macan tuviese 200.000 km y un mantenimiento mínimo, podría haber volcado o salirse mucho más de su trayectoria.


Dicho de otra forma, acusaría mucho más la vejez que un turismo, tiene más energía cinética (mucha más)

Cada vez que veo un SUV con neumáticos muy desgastados, o de marcas de reputación dudosa (porque los de primera marca son caros), se me hace un nudo en la garganta. A veces mi lado vandálico piensa que si pinchase esas ruedas le haría un favor al dueño y a la sociedad, pero explicadle eso a un juez o agente de policía. Solo queda cruzar los dedos para no cruzarse con esa gente en las carreteras, ¡aunque sean los conductores más prudentes del universo! Y tiene que dar más miedo lo que no se ve, aquello que solo un mecánico va a encontrar si mira las tripas del vehículo.

Si quieres conducir seguro con un SUV, no lo lleves como un turismo

Una vez que ha quedado claro el tema del mantenimiento, seguimos hablando de seguridad activa. A mayor velocidad, mayor riesgo, luego si con un turismo es importante respetar los límites de velocidad, es mucho más importante hacerlo con un SUV. Muchos conductores ya lo han pillado, como hay radares «no se puede correr» [impunemente], y es complicado ver en una autopista a un SUV ir a toda velocidad. Otros se ven disuadidos por el mayor consumo de estos coches: mala aerodinámica + más peso + velocidad superior = la ruina.

Estoy convencido de que la plaga de radares tiene relación con el aumento de ventas de SUV

Es más, abogaría por poner una limitación de velocidad para los SUV inferior a los turismos, 10-20 km/h menos, también la aplicaría a grandes monovolumen, todoterrenos, etc. Pero bueno, si recientemente se ha autorizado a los pick-up alcanzar más velocidad que los camiones, a ver cómo se defiende eso… Otro apaño legal sería obligarles a mantener una distancia de seguridad mayor, como 3 segundos como mínimo, para compensar sus mayores distancias de frenado inherentes a su mayor masa y centro de gravedad más alto.


Antes de que alguien haga el nudo en la soga para ahorcarme, quisiera explicarme. 10 km/h menos son poco relevantes a efectos de consumo energético, o no, importa más cuanto peor es la aerodinámica. Existe una diferencia importante en el cálculo de la energía cinética, que se calcula como la mitad de la masa por el cuadrado de la velocidad: 1/2 m * v².

Si quieres conducir seguro con un SUV, no lo lleves como un turismo

Imaginemos un SUV de 1.800 kg que circula a 110 km/h (30,5 m/s), su energía cinética es de 837.225 julios. Si circula a 120 km/h (33,3 m/s), la cosa se sube a 998.001 julios, no es un poquito más, es muchísimo más: casi un 20% de incremento energético. Esa energía adicional la tendrán que parar los frenos y los neumáticos con un esfuerzo 20% superior, ¡y son 10 km/h de nada!

Pero esto queda mucho más claro a 150 km/h. Con esa masa nos vamos a 1.562.500 julios, peligrosamente cerca del doble de energía que a 110 km/h. Estos cálculos son válidos para un turismo bajito -como un Aston Martin- y un SUV que pesen lo mismo, pero subraya la importancia de mantener velocidades moderadas con vehículos más difíciles de detener y controlar. Cuanto más alto esté el centro de gravedad, peor.

En mis 13 años como conductor he probado -a estas alturas- unos 500 modelos distintos, casi todos diseñados desde el año 2000, y pocas veces me he sentido cómodo yendo rápido (más de 120 km/h) con un SUV; con todoterreno puros me he sentido especialmente incómodo. No solo es que les cuesta mantener el ritmo sin un consumo muy alto, es que se nota que no van en su salsa.


Si quieres conducir seguro con un SUV, no lo lleves como un turismo

Participando en un debate en un foro de propietarios de una marca ajena a la mía, coincido en las apreciaciones de varios usuarios de SUV: hay que conducirlos con menos amor a la prisa, disfrutando más del viaje y las vistas. Sería estupendo que todos lo tuviesen tan claro.

En línea recta todos los coches van bien. Cuando probé el Volkswagen Tiguan en Alemania, fui de pasajero mientras mi compañera de pruebas puso el coche a 200 km/h en una Autobahn -era legal hacerlo-. No tuvimos la sensación de correr un especial riesgo ni de temer por nuestras vidas. Ahora bien, en una situación especialmente comprometida, de las de tener que esquivar un peligro de forma rápida, no habría apostado porque saliésemos bien parados.

Los SUV no son buenos coches para los «pisarrectas», tan pronto se les saque de su zona de confort tendrán problemas. Más bien son modelos enfocados a quienes no se sienten cómodos circulando rápido y prefieren estar dentro de los márgenes de indulgencia de los «policías electrónicos». Habría que decirle eso al típico comprador de un SUV Premium con potencias superiores a los 200 CV, que se creen que conducen superdeportivos. En los generalistas, afortunadamente, rara vez se pone más caballería a un SUV.

Si quieres conducir seguro con un SUV, no lo lleves como un turismo

Por último, quisiera incidir en la importancia de los extras en seguridad: vale más gastarse dinero en la cámara frontal, el radar con ACC y todos los extras en ese sentido, que equipar unas llantas de 19-20″ con neumáticos carísimos para molar más. A mayor llanta, mayor refuerzo ha de llevar el neumático para aguantar, luego es normal que cuesten más. De hecho, los SUV modernos serían una utopía de seguir con la tecnología de neumáticos de los años 90, no digo nada ya hacia atrás.

Los estudios del IIHS me dan la razón: es más importante tener sistemas preventivos de seguridad que una armadura pesada. Es más, la armadura debería ser la última frontera, porque la armadura solo protege en caso de colisión, el resto del tiempo es un estorbo

Si estos argumentos no son suficientes, pensemos un poco en otros. El aumento del consumo de combustible aumenta la contaminación, pero mucho más aumenta el desgaste superior de neumáticos, más uso de materiales de frenado, más reemisión de partículas por aplastarlas con las ruedas en el asfalto y volverlas a esparcir en el aire; de ahí a los pulmones. Esto último lo dicen los científicos, no este articulista. El concepto de reemisión se usó erróneamente para intentar justificar que el Pisuerga pasa por Sevilla, o que los coches eléctricos emiten más partículas. Eso era falso (los datos de partida eran erróneos), pero la reemisión de partículas es un hecho.

Me parece estupendo y magnífico que cada cual se compre el coche que le dé la gana, por los motivos que estime oportunos. Ahora bien, debe adaptarse a lo que conduce, por su propio bien, y por el bien colectivo. Para aprovechar las ventajas de un SUV se debe conducir de otra forma, no son turismos. Por otra parte, también hay que pensar en los demás, reduciendo las papeletas para participar en un accidente es menos probable provocar daños a terceros. Cuanto más grande y pesado es el vehículo que embiste, mayores son las consecuencias para los impactados, lleven un Chevrolet Matiz o un tanque Panzer IV. Son las leyes de la física y no las he dictado yo.

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