¿Necesitas 300 CV para divertirte al volante?

Por otro lado, y antes de entrar en materia, tal vez deba de aclarar que solo me voy a referir a coches más o menos deportivos, es decir, coches enfocados al disfrute de la conducción, dejando el tema de la potencia en coches sin veleidades deportivas para otro artículo.

¿Comprar un deportivo para disfrutarlo en circuito?

Cada vez es más frecuente leer pruebas de coches deportivos en las que se los llevan a un circuito para valorar su comportamiento… ¡como si ir de tandas cada uno de los 52 domingos del año fuera lo más normal del mundo! Y también es habitual que en las pruebas de superdeportivos se nos insinúe que conducirlos a velocidades de infarto por carreteras abiertas está al alcance de cualquiera…


¿Necesitas 300 CV para divertirte al volante?

Ojalá llegue un día en el que haya suficientes circuitos por nuestra geografía, circuitos diseñados para tandas asequibles, pero me temo que a día de hoy, es algo que solo unos pocos pueden hacer habitualmente. Y por asequibles que sean las tandas, queda la cuestión de la tortura que supone para el coche.

¿Te casarías con Scarlett Johansson para ser la envidia de tus amigos, aunque supieras que solo te ibas a poder acostar con ella un par de veces al año? Pues sería lo mismo que comprarse un superdeportivo para disfrutarlo solamente en tandas de higos a peras… es más, ¿cuántos deportivos de campanillas no llegan nunca a pisar un circuito?

¿No sería mejor invertir tu dinero en un coche que puedas disfrutar a diario, o como mínimo, una vez por semana? Yo lo tengo tan claro, que pienso que el mejor deportivo que puedas comprarte, es aquel que te permita disfrutarlo más a menudo.

¿Necesitas 300 CV para divertirte al volante?


¿Se puede disfrutar al volante en carretera abierta?

Por mucho que insistan los fabricantes en sus sugerentes anuncios, conducir por autopista o autovía a velocidad legal es casi tan aburrido como ver un GP de F1 en diferido, sin lluvia, sin accidentes, y del que ya sabemos el resultado. Y por lo que respecta a las otras vías principales (las que el navegador elige para ir de “A” a “B”), si condujéramos un turismo medio moderno al 75%, estaríamos sobrepasando con holgura los límites legales.

Admitámoslo, es raro que tengamos ocasión de disfrutar de un coche potente cuando conducimos para “ir a sitios”. El resto del tráfico, los límites de velocidad, los radares, la calidad de rodadura de los coches modernos… todo contribuye a que la conducción diaria sea cada día más aburrida, y los 400 CV acompañados del magnífico comportamiento de un 911 poco pueden hacer para paliarlo.

No desesperes, que no todo está perdido

De momento, todavía podemos disfrutar de carreteras en las que conducir de forma espirituosa. Esas carreteritas con poco tráfico, con rectas no demasiado largas interrumpidas muy sabiamente por curvitas variadas. Pisar a fondo al salir de una horquilla durante unos instantes, para volver a frenar poco después, negociar la siguiente curva… ¡Esto es disfrutar de la conducción!, y además, podemos volver a casa con el carnet intacto, y lo que es más importante, sin habernos expuesto a nosotros ni al resto del mundo a peligros innecesarios.

¿Necesitas 300 CV para divertirte al volante?

¿La diversión aumenta con la potencia y la eficacia?
¿Qué es divertirse al volante? ¿Adelantar al mayor número posible de coches? ¿Marcar el mejor tiempo en aquel tramo? ¿Acelerar como un poseso? Pues no.


No temas, no voy a recomendarte que te compres un Panda (un coche que dicho sea de paso, me encanta), y además admito soñar con tener algún día uno de los últimos Boxster de seis cilindros -para disfrutar del rugido de su motor, para dar envidia a mis amigos…- pero… ¿en realidad me iba a divertir más con el que con mi modesto MX-5? Probablemente, no.

Entonces ¿Cómo debe de ser el driver’s car ideal?

Debe ser ligero (muy importante, porque además de ventajas dinámicas, reduce las necesidades de la cara potencia), ágil, juguetón, y no muy ancho (las carreteras secundarias suelen ser estrechas). Debe de avisarnos cuando nos aproximamos a su límite de adherencia, y aunque nos pida que colaboremos, no debería exigirnos que tuviéramos las manos de Dani Sordo, la frenada debe de ser dosificable y estable, etc.

¿Y la potencia? Pues solo vamos a necesitar la precisa para salir de las curvas con agilidad, y para que las rectas no sean aburridas, pero no mucha más. Si además, puede ser de propulsión trasera, tener un reparto de pesos cercano al 50/50, y tener un centro de gravedad bajo…

¿Necesitas 300 CV para divertirte al volante?

Pues si, estos coches existen. De acuerdo, no son muy prácticos, y nuevos, no están al alcance de todo el mundo, pero si puedes, no lo dudes; un MX-5/124 Spider o un Toyota GT86/Subaru BRZ te van a dar el máximo de la diversión a la que se puede aspirar en carretera abierta.

¿Y que tiene de malo que sea más potente?

El “problema” es que un deportivo bien diseñado de 300 CV o más, tendrá un paso por curva y comportamiento general acorde, por lo que aunque está claro que será tremendamente eficaz, va a ir tan sobrado y bien asentado, que vamos a tener que correr -y hacer correr a otros- ciertos riesgos si pretendemos obtener algún tipo de emoción.


De acuerdo, a todos nos gustaría tener un Cupra, un STI, un M2/M4, un 911, un GTR, un Ferrari 488, un Lambo, un Pagani… pero si lo pensamos bien, el único que los disfrutaría con cierta asiduidad iba a ser nuestro ego.

¿Puede un coche lento ser más gratificante que otro más rápido?

Me viene a la cabeza la presentación hace un año del actual y ligero MX-5. Como sabéis, está disponible con dos motores: un 1.5 de solo 131 CV, y el 2.0 de 160 cv. A priori, y pesar de que el cochecito pesa (con conductor y depósito lleno) solo 1.050 kg, el 1.5 podría parecer insuficiente, y el 2.0 solo justito…

Desde luego, si comparamos las prestaciones -e incluso eficacia- con las de un GTI moderno, ambos MX-5 parecen coches de peluquero, pero si hacemos números, veremos que la relación peso/potencia del modesto MX-5 1.5 es similar a la de los primeros Golf GTI, y la del MX-5 2.0, es ligeramente mejor que la del Porsche 944… ¿De verdad crees que necesitas más prestaciones para disfrutar conduciendo?

¿Necesitas 300 CV para divertirte al volante?

No sé si has leído todas las pruebas que se han publicado del nuevo MX-5 (se me habrán escapado pocas) y son muchos los que afirman que la versión con motor pequeño es incluso más divertida que la más potente. ¿Cómo es posible?

Pues no lo digo yo, lo dicen la mayoría de los que lo han probado: el nuevo MX-5 es el paradigma de la diversión al volante. ¿Por qué? Pues en primer lugar porque tiene un nivel de potencia que no nos sobrepasa, y en segundo, porque aunque tiene un buen paso por curva, es lo bastante “lento” y noble como para que todo pase a un ritmo asumible, por lo que vamos a tener margen y tiempo para corregir pequeños errores de apreciación.

Además, su ESP deja hacer, y por si fuera poco, el motor atmosférico del 1.5 sube de vueltas hasta casi el infinito, su cambio es delicioso, su propulsión trasera aporta un extra de picante y además, no contamina el tacto de dirección… Como decía Mark Hammond: “Me lo he pasado en grande con este coche, y lo mejor, es que no ha estado todo el rato intentando matarme”.

Si la mitad de los que han probado los dos MX-5 lo prefieren con el motor 1.5, y la otra mitad, con el más potente 2.0, tal vez la relación peso/potencia de ambos ronde lo ideal ¿no crees?

¿Necesitas 300 CV para divertirte al volante?

En resumen, a veces, menos, es más.

Por eso, la lista de los coches que me compraría (o valoraría comprar) como coche único empezaría con los MX-5/124 Spider o GT86/BRZ. Pero como admito que los roadsters y coupés tienen ciertas lagunas a nivel práctico, y que hay opciones más económicas, creo que también sería feliz con un tracción delantera como los Abarth 500, Fiesta ST200, Golf GTI… y eso, sin olvidar al todavía propulsión Serie 1, o el Serie 2.

Pero, si a pesar de todo, prefieres tener más chicha bajo el pedal derecho, no seré yo el que diga que te equivocas, porque a lo mejor me ves un día en un pepino de 300 CV…

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