Volkswagen no se pronunciaba oficialmente a lo que Sueddeutsche Zeitung había dicho. Nuevamente, tal y como recalqué días atrás, es imposible que no sepan si esto fue así o no. Volkswagen, por mucho que hable de transparencia, sigue sin decir palabra de esto, lo que sólo sirve para empeorar la situación.
Al final de la tarde nos llegó un micro-comunicado de Volkswagen, vía Reuters, donde se limitaba a decir «ahora mismo estamos centrados en trabajar intensamente para buscar soluciones».
Pero al mismo tiempo, en un respuestas a preguntas concretas, Volkswagen ha reconocido que los motores de dos litros TDI y los 1,2 de la familia EA189 «sólo requerirán modificaciones de software» para volver a ser legales, mientras que los 1,6 TDI afectados necesitarán de modificaciones técnicas físicas que no podrán completarse «antes de septiembre de 2016», lo que representa prácticamente un año de espera.
El reconocimiento de la necesidad de cambios físicos para poder cumplir con Euro5 es a su vez un reconocimiento implícito de que esos motores EA189 de 1,6 litros eran incapaces de pasar el ciclo de homologación con las emisiones requeridas si no fuera por la trampa en el código aplicada, por lo que, por más que sigan sin reconocerlo por escrito y abiertamente, ahora ya sabemos que, efectivamente, no sólo hicieron trampas, sino que sin esas trampas esos motores no habrían logrado el certificado de emisiones necesario para su comercialización.
Por otro lado, la compañía ha reconocido que los motores perderán prestaciones tras la actualización, aunque nos han indicado que los consumos no se verán afectados. Vamos, que podemos esperar una pérdida de par y potencia máxima.
