¿SUV, compacto, familiar o monovolumen? ¡Qué dilema!

¿SUV, compacto, familiar o monovolumen? ¡Qué dilema!

No me refiero al de compra, sino a todo lo que se pierde con respecto a otros coches en materia de seguridad, consumo, comodidad, economía de uso… Bien, tal vez haya quien se compre un SUV “por si alguna vez necesito ir por un camino en mal estado”, pero eso sería como comprarse una auto-caravana como coche único para “poder echarnos una siestecita” si algún día nos da sueño yendo de viaje.


En serio, no tengo nada en contra de los SUV como vehículos siempre y cuando se compren y usen para lo que están diseñados, y me parece un concepto genial el combinar una comodidad y comportamiento en carretera aceptables, con cierta capacidad para rodar por caminos en mal estado. Y desde luego que me parecen la mejor elección para aquel que circule a menudo por caminos en mal estado.

Admitámoslo, la gran mayoría de los compradores de SUVs nunca los van a sacar del asfalto, y menos si los han equipado con las “molonas” llantas grandes y neumáticos de perfil bajo… y es esta moda de comprar SUV para su uso exclusivo por asfalto la que cuestiono en este artículo.

Empecemos aclarando cómo debe ser un buen SUV

Para que un SUV lo sea “de verdad”, debe de tener una altura al suelo mayor que la de un coche normal y ángulos de ataque más favorables. Todo el coche, empezando por el monocasco y suspensiones, necesitan refuerzos extra para soportar las vibraciones y torsiones que provocan los caminos en mal estado, y por supuesto, las ruedas deben de tener suficiente balón como para adaptarse a los suelos rotos y pedregosos. ¿4×4? No me atrevo a afirmar que un SUV debería de ser imperativamente 4×4, porque todo dependerá de como de dura vaya a ser su vida.


¿Y todo eso es malo?

Pues hay que tener en cuenta que el centro de gravedad más alto no ayuda a conseguir un buen comportamiento, y que por muy bueno que sea, nunca será tan ágil y seguro como el de un turismo de similar categoría, y eso es así porque la física no entiende de modas. Un centro de gravedad más alto conlleva que en las curvas se descargue más peso de las ruedas interiores, que irá a parar sobre las sufridas ruedas exteriores. Por eso, y para intentar limitar dichos balanceos, y limitar la inclinación de la carrocería en curvas, los SUV deben de montar suspensiones más firmes, y por lo tanto, incómodas.
Por otro lado, la superior robustez estructural elevará el peso, aumentando el consumo, acelerando el desgaste de los neumáticos y frenos, el embrague y transmisión que sufrirán más…

«Vale, pero son más seguros»

¿Seguro?

Como decía más arriba, el mayor peso y el más elevado centro de gravedad condicionan la dinámica del coche y afectan a la seguridad activa (esa que marca la diferencia entre tener un accidente o evitarlo). Por eso los SUV marcan en general peores distancias de frenado, presentan un mayor riesgo de vuelco, son menos ágiles a la hora de realizar maniobras evasivas… Es decir: las probabilidades matemáticas de sufrir un accidente son mayores, y bien pensado, lo ideal sería no tener que comprobar cuan efectiva es la seguridad pasiva de nuestro coche…

Cierto, a bordo de un SUV, la sensación subjetiva de seguridad es mayor, y eso puede resultar reconfortante, pero también puede volverse en nuestra contra, pues esa falsa sensación de seguridad podría llevarnos a correr más riesgos que con un coche “subjetivamente menos seguro”, y eso sin contar que una posición de conducción más elevada reduce la percepción de velocidad, pudiendo llevar al conductor a circular a mayor velocidad de la que cree, y/o reducir la atención al volante.


Y si pensamos en la seguridad pasiva (aquella que en caso de accidente minimiza sus consecuencias), los SUV no suelen salir mejor parados en las pruebas de choque que coches de similar categoría, y es que el mayor peso también juega en contra de la seguridad pasiva… ¿Cómo? Pues sí, el peso del coche es el que “empuja” su monocasco contra el obstáculo, provocando que el coche se deforme. Es decir, a más peso, más hay que reforzar el monocasco, lo que añadirá peso… ¿No te lo crees? Pues fíjate en cómo queda de intacto el ligerísimo monocasco de un ligero F1 después de un accidente…

De acuerdo, admito que en caso de una colisión con otro vehículo, el más grande y pesado suele tener las de ganar pero comprar un coche pesado para “protegernos”, a sabiendas de que ello supone un mayor riesgo de causar daños a los ocupantes de coches de peso más razonable, me parece un argumento cuanto menos, moralmente discutible.

¿Y si me compro un Hummer H1 para poder chocar tranquilamente contra cualquier cochecito que se me cruce en el camino? ¿Es que en los cochecitos no viajan personas?

Y no olvidemos que los SUV suponen mayores riesgos para los peatones en caso de atropello, especialmente si son niños. Creo que merece la pena recordar que nosotros y nuestros familiares también somos peatones, peatones que a menudo sufren las consecuencias de accidentes de los que no tienen ninguna culpa… En cualquier caso, os invito a dar un vistazo a los informes de EuroNCAP, IIHS, y otros estudios de organismos independientes.


«Pero son más chulos»

A pesar de ser aficionado al diseño, pienso que la estética debería de ser el parámetro menos importante a la hora de decidirse por un coche (o tipo de coche), porque no lo olvidemos, un coche es una máquina que sirve para transportarnos de A a B con seguridad, suficiente rapidez, con un interior cómodo y acogedor, y todo ello, a un coste económico razonable. Cierto, la imagen exterior es importante, pero en mi opinión, se le debería de aplicar un factor tirando a bajo a la hora de ponderar los candidatos a ocupar nuestro garaje, porque al fin y al cabo, un coche es un objeto bastante caro, y que disfrutaremos “desde dentro”.

Evidentemente, todos estamos influenciados por la imagen que puedan tener los demás de nosotros, pero tal vez nuestros vecinos no se fijen tanto en nuestro coche como pensamos, y yendo un poco más lejos, quizás no deberíamos preocuparnos tanto por lo que el resto de la humanidad pueda pensar de nosotros…

Es decir, comprarse un SUV porque “no me gustan los familiares”, porque “los monovolúmenes parecen fregonetas”, o porque un compacto “lo tiene todo el mundo”, no me parecen argumentos serios. Pero es que, además, hay muy pocos SUV con un diseño o estilo realmente interesante, es más, ahora mismo no se me viene a la cabeza ninguno que me parezca realmente bello.

«Las ciudades modernas están llenas de obstáculos, mejor en un SUV»

Totalmente cierto, algunas ciudades españolas se están convirtiendo en una especie yincanas para los coches (eso daría para otro artículo), pero yo conduzco a diario un roadster bajito, y no suelo tener problemas de roces en los pasos elevados. Bien, admito que la posición elevada de un SUV mejora la visibilidad hacia adelante, pero por otro lado, empeora la de los coches que nos siguen… y además, su alta cintura tiende a ocultar bolardas o coches más bajos; o sea, que lo que ganamos por un lado, lo perdemos por otro.

Cierto, esto último carece de importancia si nos importa un pimiento ir arrancando pirulos de las aceras, o ir dejando souvenirs en la carrocería de los turismos que aparcan detrás de nosotros…

Las comparaciones son odiosas, pero a veces son necesarias

Si no existieran los SUV, la mayoría de compradores elegirían un turismo, un familiar o un monovolumen; en menor medida esos clientes irían a un todoterreno tradicional (como pasaba antes). Hay SUV de diferentes categorías, pero he elegido comparar coches de similar categoría, eligiendo los compactos por ser una de las más vendidas, y por disponer de SUV, turismos compactos, familiares y monovolúmenes que comparten plataforma y motores.

Y como los datos son importantes, al final del artículo he añadido datos oficiales de modelos Ford y Volkswagen. He elegido estas marcas por ofrecer el mismo motor en modelos SUV 4×2, compacto, familiar y monovolumen, todos ellos de categoría similar, y los SUV son 4×2 para no penalizar todavía más sus consumos y peso.

¿SUV o turismo compacto?

Cierto, el espacio interior de un SUV suele ser un poco -solo un poco- más desahogado que el del compacto equivalente, pero si no somos especialmente altos y tenemos suficiente con un maletero razonable, un compacto debería de ser más que suficiente. El compacto es más cómodo, más ágil, y frena mejor, es decir, tiene mejor seguridad activa.

Lo aparcamos con mayor comodidad, gasta menos, tiene un coste de mantenimiento más reducido (ruedas, frenos, transmisión), y por si no fuera poco, es más barato de compra, cuesta menos asegurarlo, y en algunos casos, paga menos impuesto de circulación… Por otro lado, los compactos actuales han alcanzado un nivel de refinamiento, comodidad, seguridad y coherencia, que me parecen la opción más razonable para la gran mayoría de conductores.

¿SUV o familiar?

A menudo oigo a gente decir “es que a mí no me gustan los familiares”, para justificar la compra de un SUV en lugar de un familiar… y sinceramente, me parece de lo más curioso, porque al fin y al cabo, la silueta de un SUV no deja de ser la de un familiar “más alto”. Curioso, pero el rechazo de muchos a los coches familiares en España es digno de estudio, porque en la mayoría de países civilizados tienen un éxito razonable.

Es cierto que, hace unos años, el diseño de muchos de ellos parecía un “apaño”, pero hoy en día hay familiares con un diseño realmente muy trabajado. Pero vayamos a lo práctico, y estética al margen, los familiares tienen habitáculos amplios y maleteros bastante más grandes y aprovechables que los de los SUV, por lo que en realidad, son mucho más adecuados para los que tienen que acarrear con todos los trastos que hoy en día acompañan a los críos, o para los aficionados a los deportes al aire libre.

Además, si tienes que subir bicis o esquís a la baca de un SUV, y no tienes la altura de un jugador de baloncesto profesional, lo más probable es que necesites una escalerilla… Y por lo que respecta al comportamiento, comodidad, o aspectos económicos, los familiares son prácticamente equivalentes a los compactos de los que derivan, por lo que podemos aplicar todo lo dicho más arriba sobre ellos.

¿SUV o monovolumen?

Es curioso como después del boom de hace unos años de los monovolúmenes, el segmento ha ido perdiendo ventas al mismo ritmo que los SUV han ido ganando adeptos. Parece como si los clientes potenciales que antes elegían un monovolumen (y en menor medida, familiares) se hayan pasado a los SUV, y la única explicación medianamente razonable que se me ocurre es su imagen.

Los monovolúmenes tienen un aspecto, digamos, “familiar”, una imagen poco agresiva, casi diría que amable. En cambio, los SUV sugieren dinamismo, agresividad, “deportividad” dirían algunos. Parece como si la imagen que tenemos del conductor tipo de un monovolumen fuera la de un gris y conformista padre (o madre) de familia, y en cambio, el conductor de un SUV fuera alguien más independiente, dinámico y con carisma, una persona de esas que molan y a las que se les tiene envidia… ¡Tiene que ser eso!

Si, tiene que ser eso, porque en realidad, los monovolúmenes también tienen ese puesto de conducción elevado que algunos argumentan como una gran ventaja de los SUV, pero pesan menos, gastan menos, tienen un mejor comportamiento (centro de gravedad más bajo), lo que los hace más seguros, son increíblemente cómodos, tienen un maletero más grande, tres adultos viajan mucho más cómodos en su asiento trasero…

Comparemos fichas técnicas…

Segmento C Ford diésel

Focus 1.5 TDCi (120 CV) Focus SW 1.5 TDCi (120 CV) C-MAX 1.5 TDCi (120 CV) Kuga 1.5 TDCi (120 CV)
Aceleración 0-100 km/h 10,5 s 10,7 s 11,3 s 12,5 s
Consumo 3,8 l/100 km 3,8 l/100 km 4,2 l/100 km 4,6 l/100 km
Longitud 4.358 mm 4.556 mm 4.379 mm 4.524 mm
Maletero 363 l 490 l 471 l 456 l

Segmento C Volkswagen gasolina

Golf 1.4 TSI (125 CV) Golf Variant 1.4 TSI (125 CV) Golf Sportsvan 1.4 TSI (125 CV) Tiguan 1.4 TSI (125 CV)
Aceleración 0-100 km/h 9,1 s 9,5 s 9,9 s 10,5 s
Consumo 5,2 l/100 km 5,3 l/100 km 5,4 l/100 km 6 l/100 km
Longitud 4.255 mm 4.562 mm 4.338 mm 4.486 mm
Maletero 380 l 605 l 590 l 520 l

Conclusión: se venden por estar de moda

Insisto en que no tengo nada contra los SUV, como no tengo nada contra los 4×4 “de verdad”, pero no entiendo que la gran mayoría de clientes los compren sin tener la más mínima intención de rodar fuera del asfalto, y más teniendo en cuenta que un turismo o monovolumen resolverían perfectamente sus necesidades, a menor coste, y con mayor seguridad activa. Y la única explicación para este fenómeno es que simplemente ahora los SUV están de moda, como en su día estuvieron de moda las hombreras, los zapatos de plataforma, los calcetines blancos, ir pisándose los pantalones, llevar botas en verano, los jerséis de cuello alto y sin mangas…

Tal vez algún día tal vez pase la SUV-moda, pero mientras tanto, cada vez oigo con más frecuencia conversaciones en las que la gente se recomienda mutuamente el último modelo de SUV, olvidándose por completo del resto de coches, y ya casi no me sorprende que me miren como un bicho raro cuando recomiendo un turismo, familiar o monovolumen… ¿No será que en realidad soy un bicho raro?

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