Contacto: Nissan Juke Nismo RS y Juke-R 2.0

Si hablamos de versiones deportivas, el Nissan Juke es una opción única en el mercado B SUV, incluyendo crossovers. Ninguno de sus rivales ofrece tanta potencia. Primero sacaron una versión de 190 CV con cambio automático y tracción total, todo en el mismo paquete, que tenía un mínimo de lógica.

Luego salió el Juke Nismo, con 213 CV, una estética más pintona y algunas mejoras. Cuando probé ese modelo me decepcionó bastante, sobre todo por lo mal que digiere el eje delantero tanta potencia. Se puede elegir entre un control de estabilidad que no para de frenar para ganar tracción, o ir a lo loco con una rueda que patina sin control. Nissan no quería un coche tan de quemados, pero acabó dándonos la razón.


Ese problema no se presenta en el Juke nismo rs, que en su versión de tracción delantera tiene un autoblocante mecánico, uno de verdad. Solo por ese pequeño detalle, me reconcilio parcialmente con este coche. Es más, el Juke Nismo desapareció con el restyling, su sucesor es el Nismo RS, mostrado en el Salón de Ginebra de 2014. Muy bien Nissan, muy bien.

Se puede elegir el Juke Nismo RS en dos sabores, con tracción delantera, cambio manual y autoblocante, o con tracción total y cambio automático. Otra diferencia destacada es que el automático tiene suspensión independiente a las cuatro ruedas, los delantera tienen todos un eje torsional trasero, semi independiente. Los tracción delantera tienen 218 CV de potencia y 280 Nm de par máximo, pues la caja CVT limita la entrega de potencia a la versión automática.

El de tracción total no precisa del autoblocante delantero, porque su sistema de tracción total soluciona gran parte del problema. Por otro lado, el eje trasero tiene distribución variable del par, por lo que no se le echa de menos al diferencial delantero. En otras palabras, sería un poco redundante. No he probado el Nismo RS con tracción total, solo el delantera, pero mi compañero Guille sí lo hizo, y os invito a leer su prueba.


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Nissan y el que os escribe solucionaron sus diferencias en carreteras de los Alpes franceses. Llegamos a una curva al ataque y aplicamos los frenos con decisión. En un primer momento, se nota un leve tacto esponjoso. El coche es estable y se puede dosificar bien la frenada, entramos a la curva, pasamos el vértice, y atizamos al acelerador. Notaremos que el volante está poseído y que se tira para el interior de la curva. ¡Sale disparado sin subvirar apenas!

Es la magia del autoblocante. La rueda que mejor tracción tiene es la que más par recibe, provocando un efecto de guiñada, el coche se mete en la curva mucho mejor. Con el Juke Nismo sin autoblocante, subviraje garantizado, y el ESP nos cortaría la fiesta. En el Nismo RS el ESP trabaja mucho menos. Ahora, sí, me convence más. Si llevásemos el automático, tendríamos una sensación artificial, perdiendo la referencia de tanto pisamos el acelerador, tanto aceleramos.

Aunque las condiciones de circulación no permitían ir constantemente con el cuchillo entre los dientes, sí era posible comprobar entre curva y curva que hablamos de una historia diferente. Los caballos ahora se digieren mucho mejor y el ESP se queda para lo que realmente hace falta. Resueltamente, es una conducción no solo más divertida, también más segura, porque el coche eleva su umbral para perdonar errores de conducción.

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¿Qué distingue al Nissan Juke Nismo RS?

Para empezar, la estética, que es más agresiva, y el logotipo distingue claramente al Nismo del Nismo RS. Opcionalmente puede tener unos asientos báquet Recaro que restan algo de confort, pero se agradecen cuando se quiere divertir uno con el coche. En el interior hay detalles, como la tira de color rojo en el volante (indica el centro), el tablero de instrumentos o el pomo del cambio de marchas.


Los frenos han sido mejorados, en el eje delantero han pasado de 296 mm de diámetro a 320 mm, aunque no los he machacado lo suficiente como para notar la diferencia. El chasis está un poco más reforzado, lo cual le ayudaría en situaciones delicadas, pero no diría que lo he notado.

Sí me parece que la suspensión ahora es más firme y sujeta mejor al coche, lo cual coincide con lo anunciado en el dossier de prensa. Tendré que conducirlo durante más tiempo, pero me pareció un buen balance entre deportividad y confort. Lo que sí que se ha quedado a medias es el sonido de escape, no dice nada. Casi todo el ruido viene del vano, suena mucho a admisión, en ese sentido es tan excitante como mi Prius cuando sube de vueltas. Según Nissan, el silenciador es más grande.

Recomendaría este modelo a quien busque algo diferente (y más caro) que los «clásicos» del segmento B picante, hablo de Renault Clio RS, Ford Fiesta ST o SEAT Ibiza Cupra. En su segmento, el Juke Nismo RS no tiene rivales. Los compactos pueden ser más divertidos y deportivos, la física es la física, pero en lo que es llamar la atención, ahí el Juke tiene las de ganar, tanto para bien como para mal.

Tal vez en otra época con mayor alegría para gastar, y con la tecnología actual, hubiese aparecido este coche con un motor diésel de 136-150 CV, como los que ya tiene la Alianza Nissan Renault. Este coche apenas supone el 3% del volumen de ventas del Juke, no parece que tenga mucho sentido sacar algo así. El consumo es soportable si se sabe llevar. Versiones de menor potencia de este motor mueven los Qashqai y X-Trail con medias de 6-7 l/100 km de gasolina a ritmo tranquilo, doy fe.


Ahora bien, cualquier motor de 200 CV o más, al que le pidamos que dé potencia, nos la va a dar, y eso es a base de quemar gasolina. No es un coche para andar llorando por el consumo. Puede gastar 8 litros o menos, pero buscándole las cosquillas superará los 10, y hay que asumirlo. Al que no le guste, que se compre un diésel o le ponga a su humilde gasolina económico logotipos «Turbo» y pegatinas. No se puede tener todo, ¿o sí?

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Un garbeo con el Nissan Juke-R 2.0

Si bien el Nismo RS puede ser un coche muy divertido, el Juke-R es el colmo… si tenemos una cuenta corriente repleta de ceros, es un coche de producción limitadísima. Conocí el «1.0» en Dubái cuando lo sacaron, y me dejaron catarlo un poco al menos. Nissan cuida mucho estos coches porque son carísimos, es lo que tiene ponerle a un Juke las tripas de un GT-R y que las cosas encajen. 0-100 km/h en 3 segundos y punta de 270 km/h impresionan, ¿verdad?

Aquella primera versión rendía 545 CV, y ahora lo han subido a 600 CV. Se puede diferenciar por el paragolpes delantero, con tomas de aire más grandes, el paragolpes trasero con difusor aerodinámico y colectores de escape más resistentes. También se puede notar en las entradas de aire del capó, más grandes, taloneras en fibra de carbono, acabados en negro mate y pequeñas modificaciones aerodinámicas para que el eje trasero pise mejor.

La prueba a realizar era básica. Acelerar a saco en línea recta hasta un giro a base de conos en un aeródromo, al que se podía llegar a 150 km/h. No es una velocidad muy impresionante, pero sí el poco tiempo que tarda en alcanzarse. Frena con decisión y el eje trasero no llega a descolocarse, y toma el giro a derechas y luego a izquierdas con facilidad. No hace falta ser piloto, aunque luego en el copilotaje uno se da cuenta de que admite más de lo que parece.

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Si uno se abstrae de la carrocería, es un GT-R, pero se va un poco más alto y con un poco más de ruido. Si uno se concentra en el sonido del motor y en el claqueteo que hacen los frenos, es lo más parecido a un GT-R sin serlo. Del sonido del escape creo que no hace falta que diga nada, digamos que está «un poco» más conseguido que el Nismo RS.

La verdad sea dicha, el Juke-R es una aberración, pero una aberración que mola. No existe nada parecido. La llamada de atención de un coche que nació como demandante de atención. Un capricho para disfrutar con un precio irrisorio de gasolina y sin preocupaciones de lo que cuesta mantenerlo. Solo el cambio de bujías es un dolor, hay que desmontar medio coche para llegar a ellas…

¿Qué sería lo ideal? Pues un Juke Nismo RS con suspensión independiente en todas las versiones, la plataforma ya lo admite, y en vez de un cambio CVT, poner algo como lo del GT-R, rápido, y con sensaciones. Pero las economías de escala mandan. El Juke-R es todo lo que los Juke querrían ser y no pueden ser.

Valoro mucho que el fabricante se haya animado a sacar esta locura, es la demostración de que cuando se quiere, se puede. Otras marcas nos dirán que la plataforma impide colocar más cableado, ensanchar vías o poner un motor V6 en un coche de 4 metros de largo. Sí, sí pueden, solo es un problema de pasta. Por eso este cacharro es prohibitivo.

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