El León es la pieza central de la nueva era de SEAT y por ello necesita un coche vector de imagen: el Cupra. Ya lo sabes, el León CUPRA es uno de nuestros compactos favoritos, pues ofrece deportividad y la capacidad de ser un coche para todo, como el VW Golf, pero con una mayor deportividad y mejor tacto que el Golf GTI.
La carta de presentación del SEAT Léon Cupra ST es muy sencilla, pero tremendamente eficaz: 280 CV, un maletero de 587 litros y un récord de vuelta en su categoría – la de los station wagon- en el Nordschleife (7’58»1). Deportividad y polivalencia en un solo paquete. Y si bien en la categoría de los 3 y 5 puertas al León Cupra no le faltan rivales, en versión break se enfrenta al Ford Focus ST SW y en menor medida al VW Golf R Variant.
Estéticamente, el coche es como sus hermanos de la gama Cupra, discreto. El frontal es idéntico, con sus faros full LED y amplias tomas de aire, mientras que la zaga recupera las dos colas de escape separadas por un difusor central de los Cupra hacthback. El portón de maletero también hereda un pequeño alerón superior. Las llantas de 19 pulgadas, también son comunes al resto de los León Cupra. Alguien que no entienda de coches, no sabrá que esta en presencia de un break deportivo muy especial.
El Cupra ST es 27 cm más largo que la versión de 5 puertas. Estos cm de más se encuentran exclusivamente en el voladizo de la zaga. Aún así, su diseño es relativamente equilibrado y consigue esconder el maletero de 587 litros, el cual puede alcanzar un volumen de carga de 1,5 m3 una vez que tumbamos el respaldo de los asientos traseros.
Interior
A bordo, nos encontramos con el ya conocido salpicadero del León, con sus formas tensas, sobrias y cuidada ergonomía. Por supuesto, los acabados hacen gala de la misma calidad que en el resto de la gama. Los asientos, de corte más deportivo en esta unidad, ofrecen un excelente compromiso entre comodidad y sujeción lateral. Puesto a elegir, prefiero los semibaquets opcionales (1.268 euros, pero también son calefactables e incluye la tapicería de cuero) que sujetan mejor y sin perder comodidad.
El León Cupra ST puede equipar casi todos los sistemas de seguridad más actuales, como el Control de velocidad de crucero adaptativo con radar de proximidad que incluye asistente de frenada de emergencia (395 euros) o el asistente de cambio involuntario de carril (asociado al asistente de luces de carretera cortas/largas en un pack por 312 euros). Aunque SEAT los propone a un precio asequible, nos hubiera gustado que esos elementos, al igual que el airbag de torax trasero (353 euros), formasen parte de la dotación de serie; especialmente en el modelo insignia de la gama.
El León Cupra ST se caracteriza por ofrecer una versatilidad y facilidad de uso aptas para satisfacer al usuario tipo de break. Con sus 27 cm más de voladizo, el maletero del Léon ST se sitúa en la media del segmento. Ofrece 587 litros, es más que un Mégane Estate (524 litros), pero algo menos que el Golf Variant (605 litros) y que el Skoda Octavia Combi (610 litros), pero sobre todo es bastante menos que el Honda Civic Tourer (624 litros).
El plano de cargo cuenta con doble fondo, el respaldo de los asientos (con trampilla para esquís en el centro) es abatible asimétricamente con facilidad desde el maletero liberando un plano de cargo realmente… plano. Siempre y cuando los reposacabezas estén en su posición alta (de lo contrario levantan ligeramente el respaldo). Con 1.470 litros, el volumen máximo del León ST es enorme. A bordo, se pueden cargar objetos de hasta 2,67 m de largo si tumbamos el respaldo del asiento delantero (lado pasajero, obviamente).
Al volante
El León Cupra ST está disponible únicamente con el 2.0 TSI de 280 CV, no existe la posibilidad del motor de 265 CV como en los dos otros Léon Cupra. El carácter de este motor es claramente VAG: con una entrega linear (a pesar de su turbo) y con una sonoridad que no es especialmente sugestiva. En ese punto, siempre puedes anular el emulador de sonido e instalar un par de salidas de escape en inox. Es solo una idea… Por otra parte, es algo común a todos los León Cupra. Del mismo modo que no suena especialmente interesante, el León Cupra ST se comporta igual de bien que sus hermanos de gama.
El Cupra ST toma las curvas con una gran precisión, conserva la trayectoria y sale de la curva con una facilidad que sólo su eficacia iguala.
El Cupra ST toma las curvas con una gran precisión, conserva la trayectoria y sale de la curva con una facilidad que sólo su eficacia iguala. Las suspensiones filtran muy bien las irregularidades en modo Comfort, mientras que en modo Cupra se muestran quizá excesivamente duras con trepidaciones sobre firmes muy deteriorados. Personalmente, prefiero una suspensión convencional con una buena puesta a punto que este tipo de amortiguación pilotada, pero la DCC (Dynamic Chasis Control) de SEAT cumple perfectamente con su cometido y es una de las mejores del segmento.
La dirección es de asistencia eléctrica y desmultiplicación variable (es la misma que en el Golf GTI). A baja velocidad es más lenta y se vuelve cada vez más directa a medida que aumentamos el ritmo. La dirección del Léon me sigue pareciendo realtivamente comunicativa. Sigue siendo una dirección muy al estilo VAG, es decir bastante filtrada, pero aún así es una de las más comunicativas del grupo.
Es también muy reactiva. Los cambios de trayectoria se hacen sin pestañear y con precisión milimétrica. Y si bien el carácter general del coche está dominado por el tren delantero, el tren trasero sabe mostrarse reactivo, incluso en esta versión ST con batalla más larga que el Cupra SC y más voladizo trasero que el Cupra de 5 puertas (+27 cm). De hecho, se puede posicionar el coche con los frenos en la entrada de curva y se tira a la cuerda con prontitud.
Su carácter ligeramente subvirador se elimina aliviando un poco el acelerador; el diferencial nos permitirá luego salir como una bala
Como cualuier otro León de la gama Cupra, su tendencia natural es tirar un poco de frente si te pasas en la entrada de cuerva. Sin embargo, basta con ahuecar un poco el pie del acelerador para que la trasera acompañe finalmente el coche y lo haga pivotar tomar la curva. En salida, el diferencial nos garantiza la motricidad que necesitamos para salir como una bala hacia la siguiente curva. A destacar que en modo Cupra, el sistema nos deja deslizar bastante, pero no desconecta del todo el ESP, aunque es posible hacerlo si uno lo desea (ideal en circuito, por ejemplo). Eso sí, sea cual sea la situación, no he notado ni un atisbo de fenómeno de par en la dirección, a pesar de los 280 CV y 350 Nm que tienen que pasar las ruedas delanteras.
Pero no puedo decir lo mismo en términos de motricidad, aunque hay diferencias en función de la caja de cambio que equipa. Con el cambio DSG la motricidad, saliendo fuerte, es buena, pues el DSG cambia de marcha justo cuando las ruedas empiezan a patinrar, pero con una versión con cambio manual, es posible que el control de tracción entre en acción, pues en más de una ocasión haremos patinar las ruedas. Es decir, con el DSG será muy fácil realizar un buen crono en el 0 a 100 km/h, mientras que con el cambio manual, el Cupra pondrá a prueba nuestra pericia.
En definitiva, el León Cupra ST es tremendamente eficaz y comunicativo con el conductor. Sientes donde están las ruedas delanteras y qué hacen, sientes claramente cuando la trasera o el morro se va a ir; es progresivo, sabes que ahuecando el culo se irá para que tomes bien la curva, pero nunca de forma brusca y que te pueda asustar. ¿Inercias por el mayor peso de la zaga? Casi nada, hay que ir muy al límite -en circuito- para notarlo. En el día a día o atacando un tramo de curvas, es casi imperceptible. Al igual que el Cupra hatchback, su motor tiene una entrega algo lineal para ser un turbo y una sonoridad cualquiera, pero te olvidas de eso en cuanto haces unas pocas curvas, porque sientes que formas parte del coche y cómo reacciona a tus órdenes. Eso es lo que se espera de un deportivo y eso es lo que da este León Cupra ST. Además, ofrece la misma comodidad y capacidad que cualquier otro ST de la gama Léon.
