Contacto: ICON Bronco

    Vamos, crear la mejor unidad posible sin salirse del guión propuesto, un poco en la misma línea de Singer y sus trabajos con Porsche. Este tipo de proyectos nos encantan, y siempre suelen dar por resultado productos interesantes, con facturas no tan interesantes.

    Hace unos cuantos meses, nuestro compañero de la edición norteamericana, Drew Phillips, tuvo la oportunidad de montarse durante unas cuantas horas en este interesante ICON Bronco, y claro, tras re-enamorarnos de este todoterreno, basado en el homónimo de Ford de los años setenta y ochenta, no podíamos dejar pasar la ocasión de traerte hasta aquí sus impresiones, convenientemente adaptadas, como siempre.


    Contacto: ICON Bronco

    «La industria relojera es un buen paralelismo, puesto que ninguno de nosotros necesitamos relojes ya», Jonathon Ward, fundador de ICON 4×4, ofrece una metáfora de su último proyecto. «El secreto de que prosperen y continúen funcionando en el mercado moderno se basa en la ejecución, hacer la fabricación algo distinto, artesanal, de diseño. Nosotros intentamos hacer algo similar, eliminar la ética innecesaria de otras industrias y evolucionar en el nicho del automovilismo».

    En otras palabras, Ward sabe que las creaciones customizadas que realiza son superfluas, pero como los relojes caros, la gente los aprecia más allá de su uso práctico. Nosotros nos incluimos dentro de ese grupo, apreciando sus coches más como un conjunto que como la mera suma de sus componentes.

    El último proyecto de la compañía es el ICON Bronco. Tras completar el desarrollo de las series FJ (su primer proyecto completo), Ward ha puesto su mirada única sobre el legendario todoterreno de Ford de los años sesenta y setenta. ICON lo estrenó oficialmente el año pasado en el SEMA de las vegas, y Ward nos dio la oportunidad entonces de tener un breve contacto con él alrededor de las calles de la ciudad californiana donde tiene su base, Van Nuys.


    Irónicamente, el arranque del proyecto del ICON Bronco comenzó con el contacto que Ward tenía con Toyota. Jim Farley, el actual jefe de márketing a nivel mundial de Ford, estuvo trabajando primero en Toyota y Scion, donde Ward estaba trabajando con él como consultor en el FJ Cruiser. Después de que Farley se marchara a Ford, volvió a hablar con Ward para saber si este estaría interesado en realizar un «one-off» de un Bronco, empleado alguna de las nuevas carrocerías de reproducción fabricadas por Dynacorn. A Ward le motivó la idea, pero tenía una visión algo más ambiciosa del proyecto. «Volví a casa y pensé en la oportunidad, dándome cuenta de que el Bronco era el coche más demandado como próximo proyecto para ICON», nos comentaba. «Pensamos que si lo hacíamos, no tenía que ser una única unidad, sino que queríamos poner tiempo de ingeniería de por medio para crear una plataforma nueva y convertirlo en un modelo de producción».

    Antes de que Farley le propusiera el proyecto, Ward ya tenía al Bronco en su cabeza dando vueltas. Había comprado una unidad, y la había conducido durante unos meses para ver si la plataforma era válida y viable para un modelo de Icon. «Lo conduje el tiempo suficiente para darme cuenta de que había montones de oportunidades para evolucionar el chasis, el tren motriz, la ergonomía, el aire acondicionado, la calefacción y todas esas cosas», nos contaba. «Lo conduje lo suficiente como para darme cuenta de que no tenía suficiente paciencia para el carácter clásico de la plataforma del coche, pero siempre me encantó la estética del mismo. Así que cuando todo esto se puso en marcha tenía muy claras las cosas a hacer».


    Aunque sabía que quería hacer el Bronco, Ward sabía también que tenía que enfocar de manera distinta el proyecto que con anteriores creaciones como el FJ o el CJ. «En lugar de estar yo mismo metiendo siete cifras en invertir en investigación y desarrollo, esta vez intenté buscar lo primero buscar clientes fieles de mi marca». Ward envió un mensaje a algunos de sus clientes y aficionados, para ver si podía encontrar a cinco personas interesadas en comprar, pagando por adelantado, un Bronco modificado por él. Cuatro horas después ya tenía respuesta. Los cinco primeros Broncos tenían dueño, y Ward tenía dinero para el desarrollo del coche. «Esto nos dio una clara señal de que íbamos por el buen camino».

    Otra diferencia entre el Bronco y proyectos anteriores es que Ward contrató a un diseñador. El propio Ward realizó el diseño de los FJ y CJ, pero para el Bronco contrató a Camilo Pardo. El antiguo diseñador de Ford probablemente te suene más por su mejor obra: el Ford GT nada menos, pero también ha trabajado diseñando moda, muebles, arte… Ward comenta que formaron una pareja ideal «sus diseños y los míos combinan perfectamente».

    Si bien el plan original pasaba por emplear carrocerías Dynacorn completamente nuevas, el primer grupo de unidades está basada en modelos originales de entre 1966 y 1977. «Potencialmente, pasaremos la producción para emplear carrocerías Dynacorn, pero por el momento preferimos usar carrocerías originales hasta que las otras estén ya comprobadas en el mercado y su calidad esté fuera de toda duda», comenta Ward, aunque encontrar una carrocería en buen estado no es tarea fácil. «Estuvimos buscando por todo el país y compramos diez de las unidades en mejor estado que pudimos encontrar, todas con pintura original, historial conocido y sin modificaciones, así que tenemos los mejores lienzos en blanco que se pueden tener.»


    Aún contando con el beneplácito de Ford y de unos entusiastas clientes, el ICON Bronco podría haberse quedado sin nacer, al menos tal y como lo conocemos ahora, sin la ayuda de un colaborador algo extraño: Nike. Pero, ¿qué hace una marca de zapatillas metida en este tema? De acuerdo con Ward, lo que ocurrió vino gracias a un encuentro con el CEO de Nike, hablando sobre cómo combinar pasado y presente, algo que Nike hace también, a juicio de la propia marca.

    El aprecio de Nike hacia el enfoque de ICON fue esencial para el desarrollo del Bronco, ya que les permitió acceder a las máquinas de prototipado rápido y fabricación que de otra manera no habrían tenido a su alcance. Todo arrancó con los diseñadores de Nike jugando con algunos de los elementos de diseño más básicos del Bronco, pero pronto se transformó en un equipo de diez matemáticos, programadores y fresadores unidos a estos diseñadores iniciales. A medida que Ward y Pardo trabajaban en sus diseños para cada pieza, el equipo de Nike fabricaba prototipos rápidos en estereolitografía para validar cada diseño. Ward asegura que sin esta ayuda habría sido imposible explorar tantos posibles diseños y tanto amor por el detalle más pequeño.

    ¿En qué aspectos del Bronco se ha aplicado este sistema de trabajo? Si tomas el punto de vista de Ward, prácticamente todas y cada una de las piezas. Por ejemplo podemos hablar de la calandra frontal, construida de una única pieza de acero inoxidable B4, cortada con láser y soldada con tecnología TIC. Cada una de las letras de ICON que la adornan están mecanizadas en CNC también en acero inoxidable, y pintadas una a una. Nada está hecho en plástico y ni una sola pieza es un componente estándar, desde las manillas de las puertas o los retrovisores a los intermitentes. Cada pieza ha sido recreada en CAD, mecanizada en CNC o cortada con láser de una plancha de acero inoxidable. Nada se ve fuera de sitio, en todo caso. Ward consideró inicialmente incluir intermitentes integrados en los retrovisores, pero se dio rápidamente cuenta de que parecerían demasiado modernos y fuera de lugar.

    La atención al detalle continúa dentro del habitáculo, y el amor por el diseño industrial de Ward se hace sentir aquí también. Los paneles de aluminio nos los encontramos en salpicadero y puertas, como en una puerta de un ascensor de rascacielos de lujo. Los parasoles son idénticos a los de un avión Learjet. Los asientos están fabricados con el mismo material que los del museo de arte moderno de Los Ángeles. Cada uno de los interruptores está maquinado de un sólido de acero inoxidable. Pero si nos tenemos que quedar con una pieza del interior, esa es el cuadro de relojes, inspirado por ujn reloj Bell & Ross, y diseñado por Ward y Pardo, empleado agujas de Dakota Digital VHX como base. Ward está además orgulloso de que la práctica totalidad de los componentes sean «made in USA», con la marcada excepción del cuero de los asientos, procedente de Mercedes-Benz, nada menos.

    Si bien todos los detalles resultan atractivos al ojo, no cometas el error de pensar que es todo apariencia y el coche no sabe moverse. Tal y como ocurre con los FJ y CJ, Ward negoció con Art Morrison para contar con un chasis puesto a punto a medida y fabricado con acero al cromomolibdeno, curvado y sostenido sobre muelles Eibach amortiguados por conjuntos Fox Racing, con 12 pulgadas de recorrido en ambos ejes. La potencia se transfiere a través de ejes y caja de transferencia Atlas II hechos a medida, siendo los ejes unos Dana 60 y 44 sólidos.

    Y hablando de potencia, bajo el capó delantero del ICON Bronco nos encontramos un Ford Coyote 5,0 V8 ya visto en el F-150 y en el Mustang GT, con pocos cambios (incluyendo un colector específico de escape). Ofrece 412 caballos y 530 Nm de par máximo, aunque si el cliente quiere más, Ward se lo dará.

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    Antes de ponernos tras el volante del Bronco, Ward quiso que manejáramos primero un Bronco de la época sin modificar para que pudiéramos apreciar las diferencias. No hace falta que te digamos que tras unos pocos minutos tras el viejo Bronco, aceptamos la premisa de Ward de que emplear un clásico de ese estilo puede ser algo frustrante. El tacto de los mandos (volante, dirección, acelerador, embrague) eran nulos, y se fallan marchas sin querer. Además calamos el coche, y luego no quiso volver a arrancar tras fallar la batería. Cosas de los clásicos.

    Nos montamos entonces en el ICON Bronco con la idea de buscar similitudes, pero es una experiencia completamente diferente. Ward ha hecho un enorme esfuerzo para modernizar los componentes sin que se modifique la estética, y eso que ahora se cuenta con climatización, arranque y entrada sin llave, volante ajustable en altura y profundidad, mayor insonorización…

    El V8 arranca con un botón colocado en el propio volante. Nos alegramos de ver un cambio de marchas montado en el suelo, y no tras el aro del citado volante. Colocamos primera velocidad y damos algo de gas para movernos. Mentiríamos si te dijéramos que el Bronco se maneja especialmente bien (todavía conserva un buen grado de balanceo de carrocería) pero la mejora respecto al original es astronómica. Diremos simplemente que no hay ningún otro SUV «retro» que se mueva así de bien. Wards nos comenta que todavía hay cosas por afinar, especialmente con las estabilizadoras, lo que debería restar balanceo.

    Pedal a fondo y el cinco litros cobra vida, otorgándonos una buena patada y un profundo sonido de escape a través del único tubo de escape trasero. De nuevo Ward nos comenta que hay mejoras por hacer en el sistema de escape, ya que quiere algo más gordo.

    A medida que volvemos al parking nos hacemos la inevitable pregunta: ¿cuánto por uno de estos? Sabemos lo que viene ahora, pero todavía temblamos un poco al escuchar la respuesta. Al margen del «vehículo donante», el Bronco sale por 150.000 dólares, unos 120.000€, y a eso hay que sumar los cerca de 15.000 dólares que puede costar una unidad en buen estado como donante.

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    Y la factura sólo arranca ahí, porque hay mil y una opciones para que el precio se dispare hasta los 200.000 dólares fácilmente. Una de las favoritas de Ward son las lunas «estilo rascacielos», que son templadas con una capa reflectante en la parte exterior y un tono ahumado interior, con lo que van un paso más allá en el término de «cristales tintados». También se puede contar con frenos de 14 pulgadas del fabricante Stoptech, que te recomendaríamos encarecidamente, a tenor del potencial del V8, así como diferenciales bloqueables y un sistema de suspensión deportiva con depósitos de gas separados.

    Además se puede pedir un techo desmontable en lugar de uno de chapa. ¿Colores? Ward comenta que se puede pedir prácticamente cualquier color que al usuario se le pueda ocurrir, aunque se queda con los tonos mates.

    Al final del día, o estás enamorado del Bronco, o lo odias. Los restauradores caseros te contarán que ellos pueden hacerse uno igual por mucho menos dinero. Pero la realidad es que el nivel de detalle de ICON es mucho más que eso. Es una obra de arte de diseño industrial, con un chasis hecho a medida completamente nuevo, y un nivel de acabado y tacto de conducción único, que además le permite ser utilizado en el día a día. «Productos de bajo volumen, alto nivel de diseño, utilizables todos los días, sin sacrificios», es lo que reza Ward, y eso es algo de agradecer en unos tiempos en los que nos hemos acostumbrado a fabricantes obsesionados en economías de escala y plataformas. El mundo podría acostumbrarse y enamorarse de productos como el ICON Bronco, el problema está en el precio…

    Artículo originalmente publicado en agosto de 2013, recuperado para Pistonudos
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