A diferencia de esos superdeportivos, el Tesla Model S no produce emisiones, caben hasta siete pasajeros, tiene más capacidad de maletero, tracción total, la pantalla táctil más grande del mercado, una autonomía eléctrica sin rival y un largo etcétera. Ah, y por qué no decirlo, tanto LaFerrari como 918 Spyder eran «un poco» más caros que el Model S. El precio para el mercado español está en torno a los 120.000 euros, no deja de ser un coche de lujo.
Con 100 kWh de capacidad de baterías, el Model S homologa en el sistema americano más de 500 kilómetros, y 613 km en el ciclo europeo. Aunque «solo» sean 500 kilómetros reales, hablamos de autonomía de sobra para afrontar viajes largos, aunque lleva mucho tiempo recargar eso sin un enchufe de alta tensión y corriente trifásica (40 kW por lo menos).
El Model X también se beneficia de este paquete de baterías de gran capacidad, con 542 kilómetros de autonomía homologada según sistema europeo. Las prestaciones siguen siendo impresionantes, pero algo peores por el incremento de peso del SUV: 0-96 km/h en 2,9 segundos. También acelera como un superdeportivo, pero con las comodidades y bondades de una carrocería como la que viste.
Podrán actualizarse a P100D los clientes de un P90D con modo absurdo (Ludicrous), pagando la diferencia (20.000 dólares), incluyendo la retirada y reciclaje de sus baterías de 90 kWh. Prácticamente ningún fabricante permite actualizaciones tan contundentes en el coche, lo cual es encomiable. Los que hayan ordenado un P90D con el modo Ludicrous podrán llevarse el P100D aflojando 10.000 dólares más. Por detalles como este, Tesla sigue entusiasmando, aunque aún sea un fabricante de coches de lujo que están lejos del alcance del ciudadano medio.
