El Nissan Leaf es un eléctrico puro, el coche sin motor de combustión interna más exitoso de todos los tiempos, con más de 250.000 unidades vendidas desde 2010. Se fabrica en Estados Unidos, Reino Unido y Japón, y es para muchos el coche eléctrico de referencia.
Al otro lado del ring, el Toyota Prius Prime, la versión enchufable del híbrido más vendido de la historia. En la cuarta generación se diferencia por tener más autonomía eléctrica que el híbrido, por perder una plaza y por tener un diseño diferenciado (para algunos, como yo, es «mejor»). Puede rodar un tiempo con electricidad y el resto del tiempo como cualquier otro híbrido: con gasolina y con electricidad recuperada en la conducción.
El Nissan Leaf, en su versión de mayor capacidad (30 kWh), puede hacer según la EPA americana 172 kilómetros, frente a los 50 km que puede hacer el Prius Prime sin tirar de gasolina. El Nissan dispone de 109 CV, frente a los 95 CV del Prius Prime en modo cero emisiones. En el resto de condiciones el Prius Prime combina 122 CV. En prestaciones el Prius Prime aventaja muy ligeramente al Leaf (aceleración y frenado), y le bate en punta, si bien esto último es casi irrelevante. Los datos de homologación de autonomía europeos son como el papel higiénico, y sirven para lo que sirven.
El Toyota pesa un pelín más que el Nissan, ya que tiene más órganos mecánicos, pero tiene un comportamiento más dinámico por la suspensión multibrazo trasera y un centro de gravedad más bajo gracias a la arquitectura TNGA. El Leaf hace gala de una mayor capacidad de maletero y cinco plazas, frente a las cuatro del Prius Prime.
¿Cuál gasta menos energía? La respuesta es compleja: en menos de 50 kilómetros gana el Toyota, pues gasta menos kilovatios de batería. Pasado ese límite, la eficiencia del Prius es peor porque el motor de gasolina, de los más eficientes del mundo, desperdicia el 60% del poder calorífico del combustible. Más allá de los 170 kilómetros el Prius puede seguir varias horas más en marcha, mientras que el Leaf tiene que recuperar carga, un mínimo de media hora a 40 kilovatios para recargar electrones para otros 150 kilómetros.
En sentido contrario, en una distancia de 170 kilómetros el Leaf no ha echado nada por el tubo de escape, el Prius Prime sí, ha estado contaminando -aunque poco- durante 120 kilómetros. En su defensa hay que decir que ningún coche de su categoría emitiría tan pocos contaminantes, y en ambos casos están a años luz de contaminar como un diésel, aunque el Leaf sea de un asturiano que tiene una central de carbón en frente de su casa.
Por último, el Prius Prime es claramente más económico, aunque el ejemplo está calculado en base a las tarifas de precios de Estados Unidos, pero España será diferente. Es más, en nuestro país será mucho más fácil comprar un Leaf que el Prius Prime, ya que Toyota España traerá poquitos, equipados hasta arriba, y serán caros. En cambio, Nissan ofrece el básico Visia, y con 24 kWh de batería está mucho más accesible, especialmente si en vez de tener baterías en propiedad se alquilan a Nissan.
¿Cuál es «mejor»? Considero que el Prius Prime es más polivalente, obviando la quinta plaza, y más ecológico a distancias cortas. A distancias largas es más práctico, pero el Leaf le gana. ¿Y si el Prius Prime no tuviese motor de combustión interna y 30 kWh de baterías? Llegaría más lejos que el Leaf cargando los mismos kilovatios, produciría menos contaminación indirecta, pero tendría prestaciones inferiores por menor potencia. Que yo sepa, no está en los planes de Toyota un Prius eléctrico puro, y si algún día les da por ahí, será a mediados de la década siguiente y dudo mucho que lo llamen «Prius».
Esta infografía ha sido realizada por subsidiarias de Toyota y Nissan, con datos del mercado estadounidense. Sirve como resumen de lo que acabo de explicar. Salvo los precios, las especificaciones son las mismas.
¿Con cuál te quedarías?
