Lexus CT 200h, ante su último restyling

Mientras no llegue el nuevo modelo, ya con arquitectura TNGA, ha de aguantar lo que queda en el mercado con un último restyling leve. Todos los cambios son estéticos, además de un nuevo sistema de infoentretenimiento con pantalla de 10,3 pulgadas y sistemas de seguridad activa mejorados. El motor permanece como estaba, el 1.8 2NZ-FXE que también monta el Toyota Auris 140H (híbrido).

Uno de los «problemas» del CT 200h es haber tenido un chasis muy por encima de las posibilidades del motor, que no es que sea lento (doy fe), pero el envase promete otra cosa. Ni mucho ruido, ni muchas nueces. En cambio, la combinación híbrida entre ese 1.8 y el motor eléctrico de 80 CV es una de las más fiables del mercado desde hace años. No se puede decir lo mismo de todos sus oponentes gasolina y diésel, especialmente haciendo un uso intensivo en ciudad del mismo.


Estas dos imágenes corresponden al modelo CT 200h F Sport, que está un poco más ciclado. Tanto en los modelos normales como en el F Sport las luces diurnas se han integrado en las flechas superiores de los faros, y la parrilla tiene un patrón nuevo. Ya no tiene la antiestética banda negra del paragolpes a la altura de la matrícula. A la altura de las antinieblas, adornos, en el F Sport hablamos de falsas tomas de aire.

El F Sport recibe dos nuevos colores, el Lava Orange CS y el Heat Blue CL

Lateralmente nada cambia, salvo los diseños de las llantas de 15, 16 y 17 pulgadas. Detrás encontramos unos grupos ópticos integrales de LED, más horizontales, pero no tanto como en el Renault Mégane. En la parte inferior, un retoque al paragolpes, y los catadriópticos traseros quedan revestidos por más salidas de aire falsas. Que en este coche los frenos no se fatigan, córcholis.


Según el responsable de producto en Japón, Chika Kako, el objetivo de este refresco es atraer a los conductores jóvenes que disfrutan de la conducción espirituosa pero se preocupan por el medio ambiente. Se va a quedar en intento. El coche, dinámicamente hablando, va muy bien, pero no es que incite precisamente a una «conducción espirituosa», no al menos en el sentido que lo hacemos los pistonudos. Lo de querer respetar el medio ambiente lo aceptamos, solo los eléctricos, híbridos enchufables y de gas natural de la competencia pueden toser al CT 200h en bajas emisiones contaminantes.

Lexus CT 200h, ante su último restyling

En cuanto al interior, el coche mejora sustancialmente con la pantalla de mayor tamaño, pero no se describe en la nota de prensa ninguna mejora de funcionalidad, ni compatibilidad con Android Auto ni Apple CarPlay. Se nota más la ampliación de combinaciones de materiales, ahora tiene nueve posibilidades de inserciones y asientos de tela, mixtos o de cuero.

Lo más relevante de todo el modelo 2017 son los sistemas de seguridad. Con el Lexus Safety System+, el compacto recibe un sistema de aviso de colisión frontal (PCS), control de crucero adaptativo con radar, aviso de salida involuntaria de carril (LDA) con corrección de dirección, luces de carretera automáticas (AHB) y reconocimiento de señales de tráfico (RSA). En otras palabras, son sistemas basados fundamentalmente en cámara de televisión.

Le sigue faltando el aviso de vehículos en ángulo muerto, frenada automática ante peatones, aviso de tráfico cruzado posterior, aviso de fatiga, etc. Sin embargo, la dotación de equipamiento es decente para un coche contemporáneo. Su economía de combustible es buena para ser un gasolina sin que las partículas tóxicas deban preocupar a su dueño, y con la pegatina ECO de la DGT.


Lexus CT 200h, ante su último restyling

Su sucesor probablemente se parezca a esto. Es el prototipo UX Concept que vimos el año pasado en París. Dado que los crossover se venden solos, Lexus puede abandonar el segmento compacto y meterse con un crossover más pequeño que el NX. Lexus solo tiene que copiar la fórmula del Toyota C-HR, que se vende como rosquillas a pesar de sus «raquíticos» 122 CV (que rinden casi lo mismo que los 136 CV previos por optimización de plataforma y menor peso).


En 2010, cuando se lanzó el CT 200h, tener un híbrido Premium compacto era algo más exótico que otra cosa. En la actualidad tiene más ventajas perceptibles, especialmente en Madrid y Barcelona (donde se matricula casi el 50% en España). En el caso de la capital, los híbridos se saltan las restricciones de circulación en escenario 3 de contaminación (gasolina y diésel van por número final de matrícula) y ya pueden aparcar por la mitad de precio en la zona SER. Para según qué clientes, todo eso pasa a ser decisivo, otros prefiesen lucir una insignia alemana sobre un capó que debajo tiene tres cilindros o un diésel básico, de esos que tienen coches mucho más baratos, y tener que viajar puntualmente en tren, metro o el autobús.

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