Shelby Mustang Super Snake, el génesis de la serpiente

    Pero, ¿cómo se forma un mito? Seguro que nunca os habéis parado a pensar en ello. Pensad en un modelo mítico, en un coche considerado una leyenda, un icono dentro de la historia. No sería de extrañar que os vinieran nombres como Volkswagen Golf GTi, Ferrari F40, Porsche 911, Ford Escort RS Cosworth y sí, es casi seguro que también está el Mustang entre los elegidos, sobre todo si está firmado por Shelby, aunque tampoco sería raro que este nombre no se os habría ocurrido hasta que lo hayáis leido.


    Es lógico ya que a pesar de que Shelby es un nombre de mucho peso en la industria, es un mito sobre todo al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos. Aquí en España les conocemos principalmente por los medios especializados, las revistas y los videojuegos. Es ahora, que por fin se vende el Mustang oficialmente y tampoco tenemos los Shelby en las tiendas… por eso, ¿como se forma un mito? Por revistas, por comentarios de aficionados, por carreras, porque corren que se las pelan, por se venden como churros y si, también hay otros que se lo ganan a pulso como el Shelby Mustang Super Snake, que es al fin y al cabo, nuestro protagonista.

    Shelby Mustang Super Snake, el génesis de la serpiente

    Shelby Mustang Super Snake, el génesis de la serpiente

    El Shelby Mustang Super Snake es lo más macarra que se pueden encontrar sobre el modelo yankee, es el «chungo» del barrio, aunque en esta ocasión, deberíamos decir que se trata del «abuelo macarra» pues cumple nada menos que 50 años. Carroll Shelby construyó el primer Super Snake en 1967 con la intención de lanzar una edición limitada a solo 50 unidades que finalmente, se quedaron en solo una. Supone uno de los mejores ejemplos de cómo un coche puede convertirse en un mito por sí solo, sin ayuda de nadie. De hecho, es el Mustang más caro de la historia, fue subastado en 2013 por 1,3 millones de dólares.


    Realmente no estamos siendo totalmente rigurosos. El Shelby Mustang Super Snake de 1967 no se fabricó pensando en una tirada limitada, la idea vino después. El Super Snake se construyó como unidad de pruebas para los nuevos, por aquel entonces, neumáticos Goodyear Thunderbolt, en el marco de una campaña publicitaria. Las prestaciones fueron tan espectaculares que en seguida se pensó en una corta edición del modelo que finalmente se quedó en eso, una idea. El precio de un Mustang tan especial como este habría supuesto casi 8.000 dólares de la época, siendo más caro que un Cobra 427 y se creyó que no habría compradores. ¿Os habríais comprado un Mustang antes que un Cobra siendo más caro?

    Durante aquellas pruebas en el circuito de Goodyear, Carroll Shelby fue capaz de marca una media de 241 km/h, con una punta de 273 km/h. No se puede negar que es una pasada para 1967 e incluso hoy día. Pero que a nadie le extrañe algo así escondiendo bajo el capó el V8 «Big Block» 427 del Ford GT40 Mk.II que había ganado las 24 Horas de Le Mans en 1966. No obstante, el motor se reconstruyó como el propio Fred Goodell, responsable de la creación del Super Snake, contó en su momento y que Don McCain describió el motor como «la madre de todos los 427».

    Shelby Mustang Super Snake, el génesis de la serpiente

    Básicamente, se trabajó en el motor pensando en un funcionamiento sostenido a 6.000 RPM; pistones de aluminio, bielas especiales para Le Mans, cigüeñal forjado, bomba del agua y algún que otro elemento más procedente del GT40 como la línea de escape. El resultado fueron unos 600 CV que obligaron, como cabe esperar, a reforzar el bastidor con nuevas suspensiones (más duras en el lado derecho pues el circuito era oval), sistema de frenos más potente y resistente y hasta un radiador de aceite extra.


    Fue Don McCain quien plantó la semilla que terminaría germinando en la mente de Shelby. Por aquel entonces, el especialista yankee no sólo colaboraba con Ford, también era distribuidor oficial de Goodyear para la Costa Oeste y estos le pidieron que participara en un acto publicitario para su nueva gama de neumáticos Thunderbolt. Shelby creyó que su GT500 era perfecto para esa exhibición pero McCain, ex gerente de ventas, se acercó a Shelby con la idea de construir un «superdeportivo» que superara a todos, sugiriendo equipar el GT500 con el V8 427 del GT40 para la prueba y que tras demostrar de lo que era capaz, construyera una tirada super exclusiva de 50 ejemplares.


    Tras el tremendo éxito de la prueba, el coche estuvo exhibido en Mel Burns Ford, California, mientras que McCain trataba de generar interés en el modelo hasta que finalmente, el propio McCain tuvo que tirar la toalla y reconocer que era demasiado caro, doblando en precio al Shelby GT500 ‘normal’ de 355 CV. El Super Snake se envió a Dallas donde lo compraron los pilotos de Braniff International, James Hadden y James Gorman, con quienes empezó una nueva vida en las carreras, pasando posteriormente de mano en mano hasta que en 2013, Mecums Auctions lo subastó por 1,3 millones de dólares.

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    50 años hace de todo esto. 50 años que demuestran que en ocasiones, los mitos nacen y no se hacen.

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