La caja automática permite manejo secuencial con la palanca, pero carece de levas detrás del volante. Dispone de un modo «S» que apura más las revoluciones y un modo «W» que reduce las posibilidades de patinazo con nieve o hielo. En la toma de contacto quedó patente que no es tan suave como debería ser, pero es una mejora sobre la generación anterior de cajas automáticas -CMP- de tipo manual pilotado.
Las únicas versiones disponibles con esta caja son las Feel y Shine, las más equipadas. Es una decisión con mucho sentido, ya que en España el 97% de la clientela elige las versiones altas de gama, los Live (básicos) son difíciles de ver. Además, los Live solo se asocian a los motores de menor potencia, el gasolina de 68 CV y el diésel de 75 CV. Tampoco se puede asociar el cambio automático a la única versión de GLP, que tiene 82 CV.
El sobreprecio de la caja automática es de 1.300 euros según la lista de precios oficiales
En teoría el Feel automático sale a 16.200 euros y el Shine por 18.750 euros, pero eso es sin promoción. El precio «gancho» es de 13.200 euros para el Feel, y eso implica entregar coche a cambio y financiar como poco 6.000 euros y a 48 meses. Las prestaciones son similares a las que tiene esta combinación en el C4 Cactus, 0-100 km/h en 9,8 segundos y 188 km/h de punta. El consumo homologado es de 4,9 l/100 km, no paga impuesto de matriculación. El consumo honrado es 6,8 l/100 km, que es el que puede obtenerse en condiciones reales según el fabricante y la ONG Transport & Environment.