Audi Q8 Concept, el prólogo del próximo SUV de cuatro aros

Es un mamotreto de 5,02 metros de largo, 3 metros de batalla, 2,04 metros de ancho y 1,70 metros de alto. Casi tiene las dimensiones de un SsangYong Rodius, pero el prototipo es un cuatro plazas con un maletero que alcanza los 630 litros. Nos guste o no, se venderá bien el modelo basado en él, tiene lo que pide un cliente del segmento E, pero con un estilo un poco más dinámico y menos mazacote. Aunque parece planteado como un turismo, que no va a salir apenas de la carretera, tiene una franja gris que recorre la línea inferior, en vez del típico negro de los SUV. Audi dice que es aluminio, no plástico pintado.


Los diseñadores se han inspirado en el mítico Audi Quattro ochentero, fijaos en el portón trasero, pasos de rueda elevados y el grueso pilar C inclinado

¿Qué aporta de nuevo? Hay que fijarse en la parrilla frontal, que recibe unas franjas verticales, así como en los grupos ópticos de aspecto flotante. Reemplazarlos cuando se estropeen o alguien los rompa será muy divertido a la hora de ver la factura, pero el diseño moderno es así. Además de chulas, son funcionales, son de láser y proporcionarán una experiencia visual muy mejorada conduciendo de noche. Ojo al dato, la luz se divide en 1 megapíxel, es decir, un millón de píxeles, pudiendo alumbrar al máximo sin deslumbrar a otros.

Audi Q8 Concept, el prólogo del próximo SUV de cuatro aros

La línea de techo quiere ser deportiva y bajita, sin que eso afecte a la habitabilidad en cualquier plaza. Los marcos de las puertas se han suprimido, como en los coupés de verdad, las proporciones están poco forzadas. ¿Y qué hay de los tiradores para abrir las puertas? Se han suprimido, la apertura se hará pasando la mano donde soldrían estar. Los retrovisores son muy convencionales para ser un prototipo.


Aunque es un híbrido enchufable y -se presupone que- eficiente, tiene unas tomas de aire seguramente sobredimensionadas para el vano. Dentro de las megallantas de 23 pulgadas tiene frenos carbonocerámicos de 20 pulgadas, que unas dos toneladas de bicho no se paran solas. Hay que fijarse también en la entrada de alre del motor, justo encima de la parrilla, que proporciona mucho aire (y fresco) para el gran seis cilindros.

Audi combina tecnologías ya vistas en otros modelos con este diseño, como el motor térmico (3.0 V6 TFSI de 333 CV) o la solución de motor eléctrico integrado en la transmisión. La tracción total es convencional, mediante árbol de transmisión, cuando hay varios modelos que prescinden de esa solución y tienen un eje trasero eléctrico que proporciona la tracción total, véase el Lexus RX. Audi se decanta por una solución más probada. Para mejorar la motricidad en las curvas recurre a diferenciales electrónicos, es decir, los frenos cerámicos trabajarán para detener el coche de forma inteligente y que así sea -paradójicamente- más rápido.

Audi Q8 Concept, el prólogo del próximo SUV de cuatro aros

El puesto de conducción cuenta con un HUD que representa la información más importante de forma que se vea con la máxima claridad, ya entrando en el terreno de la realidad aumentada, y dispone del tablero de última generación Virtual Cockpit, más evolucionado que el actual Q7 (se estrenó el año pasado, no es de la edad de piedra). La instrumentación es totalmente personalizable y en alta resolución, prácticamente HD (1920×720).

Tiene una forma realmente ingeniosa el salpicadero, con una franja negra que lo recorre de lado a lado, en el que no hay botones que hagan relieve, todo liso, como una placa vitrocerámica de cocina. La pantalla multifunción central está perfectamente integrada. Bajo esta, y delante de la palanca de cambios, tiene otra pantalla que se puede manipular cómodamente apoyando la muñeca en la misma palanca.


Este último detalles de coherencia, como en un «barco de vela» según el dossier, ya que también gobierna un barco, aunque de tierra

A más de uno le parecerá una nave espacial, pero en realidad esta reinterpretación del interior una vez que uno se acostumbre, le costará volver a un modelo más habitual. Ya en el actual Q7 ese aspecto está muy conseguido. En cuanto a materiales tenemos variedad, una mezcla de cuero Nappa y Nubuk, acabados cepillados, gris acero, carbono brillante, etc. En la parte central cuenta con una pantalla central «flotante» entre ambos asientos para tocar, entre otras cosas, la climatización.

Pasamos a la parte más mecánica del Q8 Concept. El sistema híbrido entrega una potencia combinada de 449 CV y un par máximo de 700 Nm, más que suficiente para casi dos toneladas. Acelera a 100 km/h en solo 5,4 segundos, con una velocidad máxima declarada de 250 km/h. Si tenemos en cuenta el sistema ultra-optimista por el que se homologan los híbridos enchufables, solo gasta 2,3 l/100 km… durante un ratito.


La parte 100% eléctrica consta de un motor de 136 CV y 330 Nm, como un diésel de dos litros de hace unos años, más que suficiente para circular a baja velocidad. Con unas baterías de 17,9 kWh puede rodar así unos 60 kilómetros, prácticamente lo mismo que el Chevrolet Volt/Opel Ampera de primera generación. Con una potencia de carga de 7,2 kW se puede cargar en solo dos horas y media. Combinando baterías y el depósito a tope, Audi dice que supera los 1.000 kilómetros del tirón, sin recargar las baterías más veces.

Al igual que otros híbridos enchufables, se puede elegir el modo eléctrico puro, el híbrido automático, o el de recargar baterías a base de gasolina para rodar después sin emisiones

Cuenta con una suspensión adaptativa y deportiva, con control continuo de la amortiguación, que permite dos alturas de carrocería, la normal y otra 90 mm más elevada. De esta forma se puede ir más pegadito al suelo o dejar más sitio entre los bajos, según las circunstancias. Dichas circunstancias, si son fuera de carretera, el dossier las omite por completo.

Audi Q8 Concept, el prólogo del próximo SUV de cuatro aros

En resumen, Audi ya tiene prácticamente listo este modelo, pues el prototipo está muy cercano a lo que será el modelo de producción en serie. Las nuevas generaciones de HUD o tablero de instrumentos deberían ir llegando a otros modelos de forma progresiva. El Audi Q8, si es que se va a llamar así, estará a la venta el año que viene.

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