Mazda apuesta por su alianza con Toyota y los motores gasolina HCCI

Lo más destacado de lo últimamente anunciado es que llegarán los motores de ignición por compresión de mezcla empobrecida (HCCI) en año y medio. Esta tecnología permite que los motores de gasolina no necesiten bujías, la mezcla aire-combustible arde espontáneamente por alta compresión, lo mismo que hace un diésel: cada gota de gasolina da más energía. Ningún fabricante ha puesto esta tecnología en la calle, aunque ya es una realidad en Fórmula 1.

Mazda ha anunciado un 20-30% de mejora de eficiencia (menor consumo y más par) respecto a la generación actual de motores SKYACTIV-G. Como se consigue una eficiencia igual o mejor a la de los actuales diésel, y dado que no se les menciona en la visión de negocio con horizonte 2030, puede que Mazda ya no desarrolle más motores de gasóleo. Otra novedad interesante, se habla de sobrealimentación, concretamente por compresores volumétricos (supercharger) en vez de turbocompresores.


Mazda apuesta por su alianza con Toyota y los motores gasolina HCCI

Los motores SKYACTIV-X seguirán teniendo bujías para aquellas condiciones en las que no sea posible una combustión espontánea, y la transición de un modo a otro será imperceptible, de acuerdo al fabricante. El aumento de eficiencia se notará en todo: menores emisiones, menor consumo de gasolina, más par a lo largo del recorrido del tacómetro, mejor escalonamiento de las marchas… y un mayor placer de conducción.

Mazda ha hecho una declaración de intenciones que, leyéndola literalmente, parece tan ideal como un anime, pero está llena de sensatez. De cara a lograr un futuro más sostenible hay que reducir las emisiones en todos los sentidos, y a día de hoy es más eficaz aumentar la eficiencia de los motores de combustión interna que vender unos pocos miles de coches eléctricos. Sin embargo, ese último camino no se abandona, y se hará de la mano de Toyota; en 2019 veremos los primeros Mazda eléctricos y más modelos híbridos.


En 2025 la tecnología semiautónoma será estándar en toda su gama

Los objetivos de Mazda son de mayor sostenibilidad, pero sin dejar de lado el placer de conducción ni la cultura automovilística. Tanto Mazda como Toyota dicen avanzar en el objetivo de hacer coches aún mejores, más seguros, más conectados, más eficientes, más sostenibles y más integrados en la nueva sociedad. Para el año 2030 Mazda habrá reducido en un 50% sus emisiones de carbono respecto a 2010, en 2050 será un 90% menos. Para ese año Toyota espera ser neutra en carbono, emisiones netas cero.

Otra consecuencia importante del acuerdo con Toyota es la puesta en marcha de una nueva fábrica en Estados Unidos, con capacidad de 300.000 unidades al año, que creará 4.000 nuevos puestos de trabajo directos. Posiblemente ha influido en algo la decisión de localización la amenaza de Donald Trump de volar por los aires el acuerdo comercial norteamericano (NAFTA), ya que por inercia la nueva fábrica podría haber caído en Méjico, donde ya operan de forma conjunta estos dos fabricantes, y están construyendo otra más en Guanajuato. La nueva planta estadounidense estará operativa en 2021, producirá crossovers para Mazda y el Corolla para Toyota.


Toyota y Mazda se comprarán acciones entre ellos, con fecha de efecto el 2 de octubre, manteniendo su recíproca autonomía

Este movimiento sigue la tendencia de consolidación de la industria automovilística nipona. Recordemos que Mitsubishi ya está bajo control de Nissan desde el año pasado. Toyota también tiene acuerdos con Subaru (GT 86/BRZ y kei cars), Grupo PSA (utilitarios y comerciales ligeros), BMW (suministro de motores y futuro Supra/Z4), Suzuki (en vías de negociación), etc.

En definitiva, las líneas maestras del acuerdo permitirán que Mazda siga siendo Mazda, en el sentido de que no habrá ningún retroceso, sino avances.

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