Los SUV se seguirán comiendo a los monovolumen

Un modelo parece desafiar la tendencia, y es el BMW Serie 2 Active/Gran Tourer. La aparentemente peor idea de BMW -un monovolumen de tracción delantera- comercialmente funciona mejor que los pesos pesados del segmento. Solo se venden más el Volkswagen Touran -muy beneficiado del efecto novedad- y el Citroën C4 Picasso. Estos tres modelos venden más de 100.000 unidades al año y están basados en plataformas compactas (MQB, EMP2 y UKL, respectivamente). La Clase B también aguanta con mucha dignidad por eso de ser un modelo Premium, y no es que sobren contendientes: Audi no tiene respuesta para ellos, y lo mismo la mayoría de marcas de alta gama.


Los clientes europeos están reemplazando cada vez más a estos modelos con crossovers o SUV, aunque la plaza central trasera sea peor, el volumen del maletero no sea necesariamente superior, ni sean objetitvamente más seguros o se reduzca la habitabilidad efectiva -a igualdad de altura- porque la carrocería va más separada del suelo. En otras palabra, se aceptan pérdidas de funcionalidad a cambio de un diseño más chulo y defensas negras de plástico. La propia Volkswagen se enfrenta a una posible canibalización entre el Touran y el Tiguan Allspace (de siete plazas).

Los SUV se seguirán comiendo a los monovolumen

En el segmento de los monovolumen más grandes, varios fabricantes han decidido reemplazas los modelos tipo turismo con derivados de industriales que, en el momento actual de la técnica, hacen el apaño perfectamente. Por ejemplo, PSA y Toyota tienen como máximo transportador de pasajeros a los Spacetourer, Traveller y Proace Verso, sobre todo la versión «corta» de 4,6 metros de largo.

La explosión del segmento monovolumen se dio antes de terminar la década de los 90. Los nuevos modelos, con un tacto de conducción muy similar al de un turismo, permitían un enorme espacio y desahogo sin disparar las cotas externas; eso es lo que pasaría en un familiar derivado de berlina. Pero si el cliente moderno quiere más altura libre al suelo, aunque no sea con ninguna finalidad práctica, hay que servirle o se irá a la competencia.


Los B MPV tienen más problemas para subsistir, los C MPV aguantan el tipo, pero por encima decaen claramente

Si los actuales monovolumen no tuviesen tantas sinergias con los modelos compactos de los que derivan, tendrían dificultades para estar justificados desde un punto de vista económico. Por ejemplo, el Opel Zafira Tourer anda poco por encima de las 50.000 unidades al año. Si sigue cayendo puede que ni interese darle reemplazo, ahora que PSA y Opel han apostado tan fuerte por los SUV. El problema se nota más en modelos que no se venden fuera de Europa.

Los SUV se seguirán comiendo a los monovolumen

Pero la realidad es que si uno no se va a un vehículo derivado de industrial, que son por definición los más espaciosos, los monovolumen siguen ofreciendo el mejor espacio interior -por lo general- al tener una carrocería más enfocada a la función que a la forma, y lo mismo podemos decir del maletero. Los SUV y crossover, como levantan el chasis del suelo, están reduciendo los centímetros útiles. Si, encima, queriendo emular a los turismos, reducen la altura del techo, el problema empeora en ambos sentidos. No hay muchos SUV donde la segunda fila tenga tres plazas de verdad, suele ser más bien 2+1, como en un compacto o una berlina.


En algún caso el nuevo SUV o crossover puede mejorar la cotas interiores de un monovolumen al que reemplaza, cosas de optimizar plataformas y estructuras de deformación programada, pero no tiene por qué ser así. Dada la finalidad eminentemente práctica de estos coches, es mejor elegir con criterios más sólidos que el manido «es que el otro es más chulo».

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