Respecto a su predecesor, el 2017 Camaro ZL1 ha adelgazado 90 kg, a la vez que ha ganado 60 CV en el establo. El corazón mecánico es el motor LT4, un 6.2 V8 sobrealimentado por compresor que puede erogar la friolera de 868 Nm a la transmisión. Como en el modelo anterior, está disponible con cambio manual o automático.
En el primer caso tenemos una caja de seis velocidades con sincronización de revoluciones -como si realizase el doble embrague por nosotros- o una automática de una decena de marchas. Sí, leíste bien, diez marchas. General Motors ha adaptado esta caja a las particularidades del Camaro con un amplio margen de relaciones para aprovechar el motor mejor que un cerdo en una matanza.
De prestaciones, de momento, no tenemos ni idea
Exteriormente reconoceremos al ZL1 por una imagen más agresiva, ya que ha sido puesto a punto en túnel de viento para mejorar la carga aerodinámica en circuito y para mejorar la refrigeración de los distintos elementos mecánicos. No en vano tiene 11 intercambiadores de calor, para que tanta potencia americana sea gestionable incluso en Laguna Seca. El capó llama la atención por su salida de aire caliente, con una inserción de fibra de carbono.
A nivel de chasis vamos a encontrar neumáticos Goodyear Eagle F1 Supercar en el eje delantero en dimensiones 285/30 ZR20, y en el trasero aumentan hasta 305/30 ZR20. A pesar de ese perfil tipo compresa de noche, GM asegura que es más confortable, gracias a la suspensión Magnetic Ride revisada para este modelo.
El diferencial del eje trasero tiene autoblocante ¡electrónico! WTF?
A diferencia de otros competidores, y de él mismo en el pasado, el paquete de competición para meterse a circuito viene ya de serie. Se incluyen, entre otras cosas, la admisión y escapes sobredimensionados, o los frenos Brembo delanteros con discos de 390 mm y pinzas de seis pistones, obviamente con el logotipo ZL1. De los frenos traseros no se nos dice nada en especial.
En el interior encontraremos los habituales asientos de contorno deportivo firmados por Recaro, así como un volante y pomo de la palanca de cambios en ante, así como logotipos ZL1. El conductor tiene a su disposición chucherías como la gestión electrónica de salida desde parado (Launch Control) o posibilidad de guardar la telemetría para analizarla tras hacer unas tandas.
Por el momento, esto es lo que sabemos, General Motors no suele soltar toda la chicha en el primer comunicado de prensa.
