Mini Remastered by David Brown se hace desde cero con procedimientos artesanales y chapas de acero nuevas. Los motores de cuatro cilindros y 1.275 cc originales se han reacondicionado para dar un 50% más de potencia, aunque mantienen las ocho válvulas y hablando de emisiones no están a la última. La caja de cambios de cuatro velocidades se ha reacondicionado también, y los elementos de suspensión y frenado son nuevos. Se respeta en lo posible el diseño clásico, pero con más refuerzos estructurales, logotipos de David Brown, una parrilla frontal nueva, retrovisores tipo bala y grupos ópticos traseros de la casa con LED.
Que nadie espere que sean baratos: hacer cada uno lleva 1.000 horas/hombre y será de producción limitada
En el interior se encuentran materiales más lujosos que los que tenía el modelo que se dejó de producir a principios de siglo, todo a gusto del cliente. Incorpora novedades tecnológicas como el arranque por botón, climatizador, sistema de infoentretenimiento de 7″ compatible con Android Auto y CarPlay, toma USB, cierre centralizado con telemando, etc. Eso contrasta con elementos de diseño clásico, como los relojes Smith. Cuenta con más insonorización que el modelo clásico, por lo que será más confortable.
Lo bueno del diseño original -convenientemente revisado- es que es muy muy pequeño, solo 3 metros de largo. La versión moderna se puede personalizar con varios colores de carrocería, techo bitono, llantas de aleación, etc. El proceso de pintado es tan minucioso que se garantiza de por vida, hasta cuatro semanas por coche.
En otras palabras, es un capricho total; los precios no han sido anunciados, pero pueden superar tranquilamente los 40.000 euros por unidad. Su estreno al gran público será el 20 de abril en el Top Marques de Mónaco. Con eso queda todo dicho. Por otro lado, veo a priori un poco complicado el tema de importarlo y homologarlo, ya que le faltan muchas comodidades y sistemas de seguridad de un coche moderno.
