No se puede negar que el coche es una maravilla tecnológica y una máquina increíble. Su motor de 4.8 V10 desarrollado por Yamaha produce 560 caballos, 480 Nm y grita hasta las 9.000 RPM. La estructura es fibra de carbono, lo que conllevó a un precio nada desdeñable de 375.000 dólares en EE.UU. y 415.000 euros en nuestro país. Tal vez esa es la razón por la cual un puñado de nuevos ejemplares permanecen sin vender en los Estados Unidos hasta el día de hoy, a pesar de que el coche fue producido por última vez en 2012.
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Lexus estaba feliz de proporcionar una razón de por qué una docena de estas máquinas gloriosas todavía están técnicamente a la venta hoy en día. En 2010, los pedidos comenzaron a disminuir, así que para asegurar que los automóviles no estuvieran acumulando polvo en la fábrica, Lexus permitió a los propietarios de LFA existentes pedir un segundo coche. Además, Lexus abrió la asignación a los concesionarios para un coche adicional, y los ejecutivos también fueron capaces de pedir un LFA para sí mismos.
¿Significa esto que alguien podría entrar en un concesionario Lexus y comprar uno de los LFA restantes? Probablemente no. Los concesionarios que se aferran a los LFA nunca registrados ya se han sentado en los coches por lo menos cinco años. Ahora, es probable que los distribuidores sigan utilizándolos como piezas de exhibición y, probablemente, se queden como elementos de inversión.
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Después de todo, un Mitsubishi Evo IX MR a estrenar se vendió por 138.000 dólares después de que un distribuidor finalmente decidiera separarse de él. El LFA siempre fue un hijo bastardo entre sus hermanos supercars, pero más pronto que tarde se ha ganado un hueco entre los mejores de su época. Si alguien tiene la paciencia de guardarlo el número suficiente de años, recuperará sin problema los gastos de estocaje.
