
Los cuatro motores eléctricos combinan 1.360 CV, que es una brutalidad. Con semejante caballería puede alcanzar 200 km/h en solo 7,1 segundos y una punta de 313 km/h. Es sin duda el coche eléctrico más rápido del mundo. Por lo menos se fabricarán 10 unidades a un precio cercano a millón y medio de dólares cada uno, una pasta, pero en ultra-altas prestaciones no hay presupuestos modestos.
Es capaz de aguantar aceleraciones laterales de 2,5 G, el carrusel tiene que abollar la sesera del piloto
Los detalles técnicos de esta maravilla técnica quedaron explicados por nuestro compañero Pablo Mayo en un artículo previo. Los coches eléctricos van reclamando sus puestos segmento a segmento, y en el de los más altos vuelos, también. ¿Responderá Lamborghini al reto?