Como bien sabrás ya a estas alturas, el CX-3 aspira a codearse con los B-SUV premium, coches como el recién estrenado 500X, el MINI Countryman y otros modelos «de los caretes». Teniendo esto en cuenta, y a pesar de compartir plataforma y elementos del habitáculo con el Mazda2, la firma nipona ha preferido centrar la gama en motores potentes y modelos bien equipados.
Así, el motor «básico», entre comillas, del CX-3 será el SkyActivD de 105 caballos (consumo medio de cuatro litros cada 100 kilómetros). En gasolina, el motor más básico será un dos litros de 120 caballos, con otra variante de 150 caballos como tope de gama.
El CX-3, que se ofrecerá como tracción delantera o tracción total, podrá adquirirse con caja de cambios manual o automática de seis velocidades, con dos niveles de equipamiento, Style y Luxury, aunque desconocemos por el momento qué será de serie en cada nivel y qué será opcional. Me atrevería a afirmar que el sistema de infoentretenimiento con la pantalla táctil será equipo de serie.
En función de la combinación de motor, caja de cambios, tipo de tracción y nivel de equipamiento, el CX-3 basculará entre los 20.345€ para el modelo más económico, y los 29.880€ (105 caballos diésel manual de tracción delantera y acabado Style) para la variante más cara (a priori, el 150 caballos de gasolina con tracción integral y acabado Luxury).
Para colocarlo en el mercado, si miramos un 500X 120 caballos díesel con el acabado básico, está en 20.650€, y es más que probable que el Mazda venga más equipado a igualdad de tarifa.
En cualquier caso, tendremos que guardarnos nuestras opiniones hasta conocer finalmente todos los detalles de la gama de este, a buen seguro, futuro superventas. Los pedidos y primeras entregas tendrán lugar esta misma primavera.
