Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

Es un coche peculiar: sencillo en apariencia, pero complejo si se le analiza con detenimiento. Es un coche de tamaño pequeño, pero no mínimo; tricilíndrico atmosférico, pero con 80 CV con los que es capaz de alcanzar 180 km/h; de precio muy asequible, pero muy equipado de serie; alto para su anchura, pero de excepcional aerodinámica; bien equipado, pero de manejo sencillo e intuitivo como un coche ya clásico. La personalidad de este coche podría calificarse de incluso bipolar. Es muy simple, incluso casi se podría atribuir el término “retro” en el aspecto puramente automovilístico, pero tiene un equipamiento más propio de segmentos superiores de hace unos años. Es como pillar un urbano de hace dos décadas y cargarlo con las últimas tecnologías, y todo ello manteniendo el peso muy a raya.


He de admitir que tengo sentimientos encontrados con el pequeño japonés. Tiene muchos defectillos y cosas que dejan un poco que desear, viendo lo que ofertan otras marcas. Sin embargo, tiene ese “algo” que hace que pases esos detalles por alto y te sientas feliz al volante. Hoy estoy de ejemplos, pero es como cuando te fijas en una chica determinada que no es la más guapa del grupo. No sabes por qué, pero te gusta esa en concreto. Eso me ha pasado con este coche, no es el mejor que ha pasado por mis manos en términos objetivos, pero me gusta. Desde luego, es una opción muy a tener en cuenta.

Lo que digo se refleja sobre todo a la hora de conducirlo, dando la sensación de ser uno de esos segmento B de antes de siglo, aunque con todas (o casi) las comodidades de nuestra era. El motor no es nada refinado, la caja de cambios no tiene los recorridos mejor guiados, algunos de sus acabados chirrían un poco, pero el conjunto global hace del Space Star un coche muy completo. ¿Qué buscamos en un coche de este tipo? Que sea barato de comprar, que sea barato de mantener, que gaste poco, que se maneje bien dentro de la urbe, que se pueda defender con soltura fuera de ella y que ofrezca lo máximo posible al menor precio. Con ficha y prueba a mano, puedo decir que cumple con creces esos objetivos.


Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

Diseño

Hace exactamente un año que se presentó la actualización del Space Star, en el Salón de Ginebra de 2016 para ser exactos.

Las cotas exteriores no variaron, con 3.796 mm de largo, 1.665 mm de ancho y 1.505 mm de altura, y una batalla de 2.450 mm, lo que se traduce en un generoso espacio interior. Con 235 litros de maletero y un doble fondo bastante inteligente, tendremos más que suficiente para el día a día. En el restyling también se trabajó en una aerodinámica más eficiente que, con un Cd de 0,27, el Space Star es uno de los coches urbanos con mejor penetración al aire que existen, y ya comentaré por qué se nota.

Si bien es cierto que el acabado Motion se antoja demasiado discreto, los detalles de la versión Kaiteki de esta unidad de pruebas lo convierten en un urbanita muy pintón

El frontal es sin duda el lugar donde más se notan los cambios. La nueva parrilla delantera y la joroba del capó hacen del coche un producto con más empaque que antes, se le ve más machote. Tampoco es que destile agresividad, pero el modelo pre-styling tenía un aire carente de seriedad. El paragolpes inferior gana en ángulos y cromados que se bifurcan en los extremos laterales para albergar a las luces diurnas. Los faros, sin embargo, no cambian, son los mismos de forma triangular que se extienden hacia el pilar A.

Para los más avispados, alguno se habrá dado cuenta que el diseño tiene forma de gota, es decir, que del frontal emana el resto del coche. No sólo es más ancho en la zona anterior, sino que parece que es mucho más ancho de lo que en realidad es frente a la zaga. Me recuerda en parte al Peugeot 206 (por la forma en conjunto), que tenía unas aletas delanteras especialmente marcadas denotando su condición de tracción delantera. Un diseño que hace pensar a primera vista en que es el frontal el que “tira” del coche.


Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

Como suele ser habitual en las actualizaciones de los coches, en el lateral apenas encontramos cambios. La línea de cintura ascendente que nace en el paso de rueda delantero y cruza el lateral hasta los pilotos posteriores, dota al coche de una imagen dinámica, al igual que el pequeño pliegue inferior. Las llantas de 15 pulgadas sí que son nuevas -y bastante atractivas, si se me permite la apreciación. Los intermitentes laterales LED están incorporados en los retrovisores y, para no tener que rehacer las aletas delanteras, el hueco que ocupaba antes el intermitente ha sido rellenado con un injerto que simula una entrada de aire, un poco cutre.

Y otro detalle similar que de serie no está (afortunadamente), es que Mitsubishi nos ofrece para el pilar B una lámina decorativa con apariencia de fibra de carbono por el módico precio de 55,81 euros. Para gustos los colores, lo sé, pero en mi opinión, mejor dejar el coche tal como sale de fábrica. Las lunas tintadas traseras son de serie y muy prácticas si queremos ganar privacidad o que el interior de nuestro coche no se caliente tanto al sol.

La zaga tiene ahora un paragolpes más anguloso y ancho, con catadióptricos integrados que ayudan a una reducción y estabilización del flujo de aire al tiempo que el alerón y la caída del techo reducen también esa fricción. El spoiler trasero es bastante prominente, acoge la tercera luz de freno y no sé si su intención es la de ganar deportividad ya de paso, pero si no era el caso, lo consigue. Los pilotos traseros también han sido ligeramente rediseñados, siendo de un tamaño escueto pero proporcional con el resto del coche. A la misma altura, en el centro, están los tres diamantes junto al manillar de la puerta del maletero y el botón de cierre sin llave. El tubo de escape es discreto, pero si queremos, por 43,41 euros, podemos ponerle un acabado cromado.


Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

Habitáculo

Al tratarse de un coche con un tamaño que lo sitúa a medio camino entre los segmentos A y B, nos encontramos con un interior bastante amplio en todas las cotas. El acceso a las plazas, tanto delanteras como traseras, es bastante cómodo, ya que los asientos van situados en una posición más elevada de lo acostumbrado en estos vehículos. En ningún momento se tiene la sensación de ir encajonado.

Una de las razones que hacen del pequeño nipón una opción a considerar dentro del grupo de coches pequeños es su nombre: Space Star. “Estrella del espacio”, suena a película de serie B si lo pensamos en español. Pero básicamente lo que busca es eso, ser el coche mejor aprovechado en espacio teniendo en cuenta las limitadas cotas exteriores. No quiere decir que nos vayamos a encontrar un espacio increíble en su interior, pero sí que mejora ligeramente la media de sus rivales.

Las plazas delanteras son bastante confortables, con unos asientos amplios y sin apenas sujeción lateral. Está homologado para cinco pasajeros, aunque la segunda fila será algo justa, con sus correspondientes ISOFIX laterales. Los asientos de los laterales serán notables, con buenos espacios para piernas y cabeza, pero la plaza central es insuficiente. El ser más estrecha y el pronunciado túnel de transmisión harán que solo pueda viajar un quinto en caso de necesidad y en trayectos cortos.

Un buen detalle es que, en los laterales, detrás de las puertas traseras, hay unos huecos específicos para guardar los anclajes del cinturón de seguridad cuando estos no se usen. Y hablando de los cinturones de seguridad, los delanteros se pueden regular en altura, algo no muy común dentro de los coches de este segmento, aunque necesario, pues la regulación en altura del asiento del conductor es muy escueta. También es lo único en lo que se puede regular, el volante, ya que carece de ajuste en profundidad. Esto sí es algo más normal dentro del segmento.

El maletero, por su parte, cuenta con una capacidad de 235 litros (no ha cambiado), aunque pueden ampliarse hasta los 912 litros abatiendo los asientos (60:40) y añade, opcionalmente (235,65 euros) un doble suelo compartimentado idóneo para guardar utensilios y objetos de pequeño tamaño de forma ordenada. Bajo ella se ubica el kit repara pinchazos o una rueda de repuesto «de galleta» (150,07 euros).

En el apartado práctico, además de una generosa guantera, que cuenta sobre ella con una repisa donde el copiloto puede dejar objetos, hay bajo la consola central varios espacios útiles; desde el típico espacio para dejar el móvil y un par de posavasos, hasta un receptáculo para la llave (sí, cuenta con arranque por botón), muy práctico para tenerla siempre localizada. Hay bolsas en las puertas delanteras (en las de detrás na nai de la china) y los pasajeros de las plazas posteriores cuentan con un portabotellas entre los asientos delanteros, detrás del freno de mano.

Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

En cuanto a los acabados interiores no sé si echarme a reír o llorar. No hace alarde de un gran nivel en cuanto a calidad de materiales, tapizados y revestimientos se refiere, pero sí muestra solidez en todo su conjunto. Respecto al modelo anterior se han añadido nuevas tapicerías y un sistema multimedia, que hace que el modelo anterior a la actualización parezca de hace un década.

Empecemos con esos “detallitos” de acabados que comentaba al principio de la prueba. Como he dicho, el interior no está mal acabado en sí. De hecho, a pesar de estar plagado de plásticos duros y tener esos “detallitos”, seguro que este interior aguanta mucho mejor el paso del tiempo que muchos de sus rivales. Sé que es un tópico, pero los interiores japoneses se caracterizan por estar muy bien rematados y durar muchos años sin que se estropeen o crujan, y este no parece una excepción.

Lo primero de lo que me di cuenta al subirme al coche es que, en los huecos del reposabrazos/tiradores de las puertas, se ve con descaro el tornillo que sujeta las molduras; la transición entre la tela que une el pilar A con el techo es muy notable, pudiendo hundir la tela del primero; los mandos de regulación de dirección de los aireadores son muy endebles; el micrófono del manos libres está añadido a posteriori, queda un poco pegote; la bandeja del maletero no cierra siempre bien y solo dispone de un cordel; el sistema de infoentretenimiento parece sacado de una tienda y acoplado como si de una radio de 1 DIN se tratase; el tacto de algunos plásticos es… digamos que los hay mejores. Por ejemplo, los botones de los elevalunas son algo espartanos y solo uno de ellos es automático. ¿Tan difícil es hacer, al menos los dos delanteros, automáticos?

Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

Y eso son detalles de los acabados. Todavía tiene algunos más que hacen que se sienta un coche un poco barato (que no malo). Detalles como que el cable (y no puerto) USB y la toma auxiliar se encuentren en la guantera, o que los recorridos de la palanca de cambios, a pesar de ser precisos y cortos, muchas veces las marchas no entren a la primera, sino que hay que “buscar” las marchas. Que el interior del vano motor y capó, así como el interior de la tapa del depósito de gasolina y los pasos de ruedas no estén pintados (ni cubiertos), son cosas que demuestran que es un coche diseñado y hecho para ser económico. Me hizo gracia, por poner otro ejemplo (más), que los tiradores de las puertas en las puertas delanteras fuesen metálicos y en las traseras de plástico.

Luego está el tema de las molduras en Piano Black, que se ensucian con solo mirarlas. Queda bonito, pero es muy guarro. En este acabado nos lo encontramos en la zona central del salpicadero, molduras de las puertas y radios del volante.

Esta versión cuenta con control de multimedia y control de crucero desde el volante, lo que es un punto a su favor, y encajado en el hueco superior del volante, al fondo, el cuadro de instrumentos, que mezcla relojes analógicos con una pequeña pantalla digital con información del depósito de gasolina, consumo medio, kilometraje total, parcial, temperatura exterior, detección de presión de neumáticos y kilómetros que quedan hasta la próxima revisión. Otro detalle “retro”: el ordenador de a bordo se maneja a través de un botón en el cuadro. El cuadro de instrumentos es sencillo y de fácil lectura. Me sorprende negativamente que, en lugar de disponer de una aguja que nos muestre la temperatura del aceite, agua, o un contador analógico del depósito de gasolina, tengamos en el lado izquierdo un medidor ECO, para ayudarnos a conducir de manera más eficiente. Sinceramente, me parece una tontería pudiendo tener la función de consumo instantáneo en la pantalla del ordenador de a bordo (que no la tiene).

Aunque en el interior destacan los plásticos duros, el pomo de la palanca de cambios y el volante tienen un acabado en piel

 

Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

En el centro del salpicadero, el principal protagonista es el sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas. El funcionamiento es bastante sencillo y tendremos la ventaja de contar con navegación TomTom, aunque si nos llaman o estamos a otras movidas el navegador no funcionará, a diferencia de otros modelos que sí que pueden. Muy importante, por cierto, que cuenta con Apple CarPlay y Android Auto. Asimismo, el sistema también es compatible con Bluetooth, USB y conexión auxiliar, cuyas tomas se encuentran en la guantera como he mencionado anteriormente. No es la mejor pantalla en cuanto a fluidez y sensibilidad se refiere, pero cumple. Por debajo de él, nos encontramos con un climatizador monozona y una pantalla monocromática naranja.

Si tiramos por el acabado más básico, el Motion, lo que nos llevamos es un Space Star económico, pero no mal equipado. Pero por 1.000 euros más nos llevamos un Space Star que no deja apenas nada que desear, el Kaiteki. Este acabado añade al Motion llantas de aleación de 15”, retrovisores exteriores con intermitentes LED exteriores, sistema de infoentretenimiento, climatizador automático con filtro antipolen, sistema de apertura de puertas sin llave y encendido del motor mediante botón, además de la función Start&Stop.

Eso quiere decir que ya en el acabado más básico nos encontramos con sistema de parada y arranque automático, volante y pomo en cuero, volante multifunción, airbags delanteros y de cortina, sistema de arranque en cuesta, sistema de asistencia de frenada, sensor de lluvia y de luces y muchas más cosas. No está nada mal por 10.550 euros, la verdad. Eso sí, por el color Rojo Wine (el de las fotos) habrá que desembolsar 300 euros más.

Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

Técnica

Aquí en España sólo se puede coger el Space Star con una única mecánica: un tricilíndrico atmosférico de 1.2 litros con el que consigue homologar uno de los mejores consumos del segmento (ayudado también por el bajo peso y la trabajada aerodinámica); el anterior 1.0 MPI está descatalogado. Es un motor cuya fecha de lanzamiento data de 2003 y que fue estrenado en el Colt, además de equiparse en los Smart Forfour de primera generación. Es por esta razón por la que -pese a las inevitables mejoras- este motor no es tan refinado como los tricilíndricos modernos, aunque las vibraciones no son tan notorias como cabría esperar.

Sorprende su básica configuración de simple inyección indirecta, pero llama la atención la alta relación de compresión de 11:1, un valor más propio de motores de inyección directa. De todas formas, hay más trabajo de lo que pueda parecer. Este 1.2 también cuenta con el sistema MIVEC de Mitsubishi, una elaborada doble distribución variable que modifica los tiempos de admisión y escape, alterando el cruce de sus cuatro válvulas por cilindro. En otras palabras, tecnología más que probada, y eficaz.

El vano motor está aprovechado al máximo, dejando poco margen para refinamientos estéticos. El motor tricilíndrico ocupa un espacio casi insignificante

Cuando salió en su día debió de ser un motor sorprendente, porque a día de hoy, 14 años después de su puesta al mercado, sigue siendo un bloque ligero (culata y bloque de aluminio), fiable, eficiente y con un rendimiento más que aceptable. Este pequeño motor entrega 80 CV de potencia a 6.000 RPM, con un par máximo de 106 Nm a 4.000 RPM a las ruedas delanteras mediante una transmisión manual de cinco velocidades. Es más que suficiente para mover el conjunto, ya que anuncia una velocidad máxima de 180 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 11,7 segundos. Ello va asociado a unos consumos homologados de 4,3 litros en ciclo combinado y un bajo nivel de emisiones de apenas 100 gramos de CO2 por kilómetro, lo que le permite cumplir con la actual normativa de emisiones (Euro 6) y estar exento del pago del Impuesto de Matriculación.

Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

La pegatina «Clear Tec» en el maletero nos indica que el coche equipa tecnologías que mejoran la eficiencia disminuyendo los consumos y las emisiones. ¿Qué tipo de tecnologías? Pues un sistema Start&Stop denominado por Mitsubishi como AS&G (el cual funciona cuando le apetece), el uso de aceite de baja viscosidad, un indicador de cambio de marcha, un alternador de alta eficiencia que recupera energía de las frenadas, un diseño aerodinámico y unos neumáticos Yokohama BlueEarth 175/55 de baja resistencia a la rodadura.

¿Se nota en la práctica? Evidentemente, hacer los 4,3 litros a los 100 kilómetros que homologa la ficha técnica es casi imposible, pero acercarse no. De hecho, los apenas 50 kilómetros que separan el concesionario Mitsubishi donde recogí el coche hasta mi casa (pasando y callejeando por Madrid centro y, posteriormente, en mi localidad), el consumo medio arrojó una cifra de 4,6 litros. En el día a día, rondar los 5 litros es factible. Subirlo de 6 litros es hartamente complicado, a no ser que vivas en una zona con fuertes pendientes, hagas mucha autopista «ligerito» y/o te pese muchísimo el pie derecho. ¿Lo único malo? El depósito es de 35 litros, con lo que cada medio millar de kilómetros habrá que parar a darle de beber, pero no entrarán muchos euros.

Tampoco hay nada especial en la transmisión, puesto que es manual y de cinco marchas, que es lo razonable en un coche como este. Como he dicho antes, es agradable de manejar, con recorridos cortos, pero no tan precisa como en algunos rivales. En ocasiones no basta con empujar la palanca hacia la marcha que queremos, porque no entrará, sino que debemos “buscar” la marcha. Los que tengan coches con más de quince años sabrán a lo que me refiero.

Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

En cuanto a los desarrollos, son largos, sobre todo para un motor cuya potencia está en el régimen más elevado del cuentavueltas. La velocidad punta, teóricamente, se alcanza a 6.250 rpm en cuarta, o bien a 5.170 rpm en quinta. En cuanto a la tercera, llega a 135 km/h antes del corte de inyección (un desarrollo muy largo), pero es que en segunda se pueden rozar los 100 km/h. Cuando vas en quinta a punta de gas, el coche es un auténtico mechero, aunque habrá que reducir varias marchas si queremos una buena respuesta.

La dirección, pese a ser eléctrica, tiene 3,5 vueltas de volante, muy lenta para un coche tan pequeño. Hay que estar dispuesto a volantear y cambiar las manos de posición a la menor duda al enfrentarse a una curva un poco cerrada. Lo bueno es que el diámetro de giro es de 9,2 metros, uno de los mejores del segmento. Por otra parte, los frenos cumplen perfectamente a pesar de contar con tambores detrás.

En el esquema de suspensiones no nos vamos a sorprender con novedades. Eje delantero de tipo McPherson y barra de torsión en el eje trasero. Algo que se aprecia es que, bien sea por sus propias características constructivas, o porque los silent-blocks de conexión al monocasco son muy suaves, el tren posterior tiene movimientos parásitos transversales cuando hay deformaciones en el pavimento. Quizás con ello se busca castigar la carrocería lo menos posible en carreteras en mal estado. Tengamos en cuenta que este coche está destinado a multitud de mercados, muchos de ellos son humildes; también es conocido como Mirage allende nuestras fronteras.

Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

Conducción

Nos subimos al coche y pulsamos el botón de arranque. Lo primero de lo que nos damos cuenta es del sonido y de las vibraciones que transmite, pero no es nada en comparación con lo que viene en los primeros metros: un sonido verdaderamente ronco y unas vibraciones más perceptibles. Esto es un instante, en cuanto has terminado de soltar el pedal del embrague para hacer que el coche se mueva ya no se nota tanto. Y es que da la sensación de llevar un motor mucho más gordo que un pequeño tricilíndrico, lo juro. Al estirarlo de vueltas (hasta las 6.500 RPM) suena como si llevásemos un seis cilindros (salvando las distancias), mola.

Mucho ruido y pocas nueces podríamos decir. Sin embargo, para tener 80 CV, la entrega de potencia es bastante progresiva, con energía suficiente a bajo régimen, aunque su zona preferida es la zona alta del cuentavueltas. Como tiene unos desarrollos muy largos, acudir a tercera y cuarta en autovía será bastante habitual. Rodando en autovía a 120 km/h, en ocasiones, tendremos que meter cuarta para afrontar algún repecho sin perder respuesta. Pero no importa, jugar con el cambio de marchas es divertido, lástima que en algunas ocasiones le falte algo de precisión.

Para mí, más que un defecto, es un rasgo característico del coche, porque es un cambio juguetón, con unos recorridos relativamente cortos y mecánicos. De hecho, si estiramos las marchas y cambiamos a un régimen óptimo de revoluciones puede sacarnos alguna sonrisa en carreteras más reviradas. Eso sí, hay que tener en cuenta que su dirección asistida está pensada para la ciudad, por lo que es poco precisa, pasando un tiempo entre que uno gira el volante y el coche apoya decididamente.

Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

He dicho que es ruidoso, ¿verdad? Hay que aclarar que sólo lo es por encima de 3.500 vueltas y durante los primeros metros al arrancar. Después de eso, apenas se nota el ruido. El único ruido que se nota es el de rodadura, ni el aerodinámico se nota apenas (ahí se nota el buen trabajo hecho por los diseñadores e ingenieros de la marca). Atraviesa bien el aire, aunque como solo pesa 920 kg (845 kg con depósito de gasolina lleno y sin conductor) y es relativamente alto, si sopla un fuerte viento lateral, se notará desde dentro del coche.

Si somos totalmente sinceros, esos movimientos de carrocería no se deben sólo a eso, la suspensión peca de ser demasiado blanda. Tanto muelles como amortiguadores tienen unos tarados claramente suaves, todo lo cual contribuye a que el Space Star no sea precisamente el vehículo ideal para echar carreras, si bien tiene un comportamiento sano, progresivo y que avisa con mucho margen. El resultado es que, a pesar de que el coche no es muy subvirador (el motor es muy ligero y el tren delantero va poco recargado), el balanceo en ambos ejes es apreciable. Y es que, con unos neumáticos de sección 175 de baja resistencia, eso se nota más. En cuanto atacamos un poco, el coche avanza un poco tumbado de medio lado, ero que nadie se preocupe, es difícil hacer locuras con el coche. Además, el control de tracción no se puede desconectar. Al menos yo no he encontrado el botón ni ninguna información en Internet que me explique cómo hacerlo. Tiene una respuesta noble, pero no le busques las cosquillas porque es un urbano muy encasillado en su segmento.

El sistema AS&G no es todo lo preciso que pudiera ser, pero cuando funciona, responde rápido y es suave en la transición de apagado – encendido

Al final, uno de los motivos principales de compra de este coche va a ser los consumos. Gracias a su bajo peso, buena aerodinámica y un motor poco tragón, no será difícil rondar los cinco litros de media, seis si no lo sacamos de la ciudad, pero no más.

Prueba: Mitsubishi Space Star 120 MPI

Conclusiones

Con una renovación del modelo el pasado año, el Space Star se postula como una de las opciones más interesantes del segmento A. Ha pasado de tener un aire bonachón y sosillo a un aspecto más juvenil y dinámico. No tiene mucha personalización, algo que está de moda ahora, pero está muy a la par con el Ford Ka+ en cuanto a precio/espacio/equipamiento, así que elegir entre uno y otro será más cuestión de gustos y precios que otra cosa.

Tiene el tacto de un coche más “clásico”, y eso no es ninguna pega. Para aquellos que los nuevos coches les resulten demasiado finolis, el Space Star te llevará unos cuantos años atrás pero sin tener que renunciar a ciertas comodidades ni a la seguridad. Puede que hasta te saque sonrisas sin tener que llevarlo al límite. Cierto es que no alcanza el agrado dinámico de otras alternativas debido a su configuración de suspensiones y los largos desarrollos de la palanca de cambios. Sin embargo, durante mi experiencia breve pero intensa, sí me resultó un coche simpático a la hora de conducirlo.

Su habitabilidad está por encima de la media, ofreciendo un interior bastante amplio y homologado para cinco personas. El equipamiento que ofrece por poco más de 10.000 euros es insuperable, y por 11.550 euros te llevas un coche muy completo. Es un coche para todos aquellos que busquen un coche pequeño a buen precio y que no le falte de nada. En el caso del básico, tampoco se le puede reprochar la falta de potencia del ya retirado 1.0 MPI.

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