La marca de Stuttgart presenta las variantes más deportivas de su SUV mediano, el GLC, rival directo del BMW X3 y el Audi Q5. Con las versiones 63 AMG y 63 AMG S, el GLC se convierte en el primer SUV del segmento en equipar un motor V8. La versión 63 AMG desarrolla una potencia máxima de 476 CV y la 63 AMG S 510 CV. La versión más potente del BMW X3 y X4 es la 35i, que tiene un motor de 6 cilindros en línea con 306 CV (no hay versiones X3/X4 M), mientras que la más potente del Audi Q5 es la versión SQ5 equipa un 6 cilindros en V con 354 CV.
Otro rival podría ser el Porsche Macan, que en su versión Turbo ofrece 400 CV de potencia. Todos sus rivales tienen como mínimo 70 CV menos de potencia en sus versiones más potentes –el X3 ni siquiera debería considerarse rival ya que tiene 204 CV menos- por lo que podemos decir sin equivocarnos que estas versiones más potentes del GLC y GLC Coupe no tienen rivales en el segmento a nivel de potencia.
Pero dejemos de hablar de sus competidores y vamos a centrarnos en Mercedes-Benz. Las dos versiones AMG y AMG S pueden asociarse con las dos carrocerías del GLC –SUV y Coupé-. Todas las versiones están unidas de serie al sistema de tracción total 4MATIC. La versión 63 AMG desarrolla 476 CV y 650 Nm de par entre 1.750 y 4.500 RPM, lo que consigue una aceleración de 0 a 100 km/h en 4 segundos. Por su parte, la versión 63 AMG S desarrolla 510 CV y un par motor de 700 Nm en el mismo rango de revoluciones que la versión 63 AMG, rebajando la aceleración en 0,2 segundos respecto a la versión de 476 CV, quedándose en 3,8 s.
El bloque motor es el mismo en las dos versiones, la diferencia de potencia viene dada básicamente por temas electrónicos. Aunque pueda parecer que el motor es un 6.3 litros por llamarse 63 AMG, esto hace ya bastante tiempo que no es así. Se trata de un motor de 4.0 litros de cilindrada con inyección directa y dos turbocompresores que se monta también en otros modelos de la marca como el AMG GT. La caja de cambios es una AMG SPEEDSHIFT MCT de nueve velocidades en ambas versiones –no hay opción de equipar un cambio manual- que fue estrenado en el Mercedes-Benz E 63 AMG 4MATIC. La velocidad máxima en ambas versiones y en ambas carrocerías es de 250 km/h y está limitada electrónicamente.
Equipa el control de chasis adaptativo llamado AMG DYNAMIC SELECT que ofrece cuatro modos de funcionamiento: Comfort, Sport, Sport Plus e Individual que actúan en la respuesta del motor, la transmisión, la suspensión, la dirección o el ESP. Independientemente del modo en el que circulemos, podremos pulsar el botón M en el que podemos manejar la caja de cambios de forma totalmente manual, cambiando mediante las levas situadas detrás del volante. La suspensión es neumática y opcionalmente podemos elegir un sistema mediante el cual es posible modificar el sonido del motor. Equipa discos de freno ventilados con unas generosas dimensiones de 390 mm de diámetro.
En el modo Comfort, cuando circulamos en un rango de velocidad entre 60 y 160 km/h y no presionamos el pedal del acelerador, la caja de cambios se desacopla del motor y el vehículo circula en punto muerto, en el momento en que acariciamos cualquiera de los dos pedales se vuelve a acoplar la caja de cambios de forma que el consumo de combustible es menor. Esto se conoce como circulación a vela.
La versión 63 AMG S tiene un modo adicional denominado RACE, que optimiza aún más los distintos parámetros para conseguir las máximas prestaciones
La lista de equipamiento opcional es, como viene siendo habitual, casi infinita y podemos llegar a asustarnos con el precio del vehículo si añadimos demasiados elementos del equipamiento opcional. Al principio de la comercialización estará disponible la versión especial “Edition 1” con un equipamiento especial basado principalmente en aspectos estéticos. Podremos realizar el pedido de estas versiones a partir del 16 de junio y su lanzamiento oficial al mercado será en el mes de septiembre.
De momento no tenemos información sobre los precios de estas versiones tope de gama.